Precio del petróleo se dispara tras Trump abandonar acuerdo nuclear con Irán

Finanzas

La decisión de los estados unidos, de retirarse del acuerdo nuclear con Irán y de volver a imponerles sanciones al país tuvo un gran impacto inmediato sobre la industria petrolera, ya que los precios se dispararon por encima de los US$77 por barril por vez primera desde el 2014, conforme a que los operadores trataban de evaluar cómo se verían afectados los 2.5 millones de barriles por día (b/d) de exportaciones del país.

El mayor riesgo inmediato es la amenaza contra las empresas no estadounidenses y contra el deseo de los bancos de financiar operaciones.

Pero las predicciones acerca de la cantidad de crudo que al final se perderá del mercado — y de los ingresos estatales de Teherán — todavía varían enormemente.

Aunque quedan seis meses antes de que las sanciones tengan pleno efecto sobre el petróleo de Irán, algunos dentro de la industria ya están prediciendo que las exportaciones de la nación pudieran caer en más de 1 millón de b/d. Otros, sin embargo, creen que las potencias europeas que elijan permanecer dentro del acuerdo pudieran suavizar el impacto reduciendo la cantidad a tan sólo 200,000 b/d.

Otro riezgo inmediato es, que la amenaza de las llamadas sanciones secundarias en contra de compañías no estadounidenses tenga un efecto inhibidor sobre la disposición de los bancos internacionales para financiar operaciones.

Eso esencialmente pudiera bloquear a algunos de los mayores comerciantes independientes en materias primas del país, quienes habían desempeñado un papel clave en ayudar a Teherán a aumentar sus exportaciones después de que se lograra el acuerdo nuclear en 2015.

“Esto en gran medida pondrá fin al comercio con Irán para aquellos que volvieron a hacer negocios con el país después de que se levantaron las sanciones”, dijo un ejecutivo de una de las principales casas comerciales de productos básicos, “especialmente para los bancos que han financiado las transacciones”.

El riesgo de tener problemas con EEUU ya estaba claro el miércoles.

Un agente marítimo con sede en Londres dijo que una importante compañía petrolera que había estado buscando contratar un barco petrolero iraní para transportar crudo había cancelado la búsqueda tras el anuncio estadounidense.

“Todo el mundo sabe que hay un período de gracia de 180 días, pero las personas ya están empezando a cambiar el comportamiento porque simplemente no quieren arriesgarse”, comentó el agente marítimo.

Él indicó que, si bien había una enorme interrogante acerca de cómo reaccionarían los gobiernos europeos, incluso si se le enfrentan a EEUU, no existía garantía alguna de que los bancos y las aseguradoras se sintieran cómodos manejando estas transacciones.

Una previa ronda de sanciones internacionales impuestas a Irán en 2011-12 sacó un máximo de 1.4 millones de b/d de los mercados mundiales. Esas restricciones disminuyeron después de 2015, cuando Irán llegó a un acuerdo con EEUU, el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China para frenar su programa nuclear.

EEUU reinstaurará un sistema mediante el cual los grandes compradores de crudo iraní pueden solicitar exenciones para continuar las compras, siempre y cuando demuestren “un compromiso en disminuir sustancialmente” los volúmenes que compran. Corea del Sur, uno de los principales compradores de crudo iraní después de China, dijo el miércoles que buscaría una exención.

Richard Nephew, del Centro sobre Política Energética Global de la Universidad de Columbia y quien trabajó en las sanciones anteriores de la administración de Obama, opinó que las consecuencias de la decisión del Sr. Trump dependerían de cómo respondieran otros países.

“Ahora tenemos la pregunta del millón con respecto a qué clase de cooperación vamos a obtener del resto de las compañías del mundo”, comentó el Sr. Nephew.

Él estimó que probablemente haya un grado variable de cumplimiento, con un recorte de las exportaciones de petróleo de Irán en quizás 400,000-500,000 b/d. Es probable que algunos países intenten evitar una reducción de sus compras de petróleo iraní durante el mayor tiempo posible. “China ignorará por completo esto”, dijo el Sr. Nephew.

Marwan Younes, el director de inversiones de Massar Capital Management, un fondo de cobertura de materias primas en Nueva York, señaló que el impacto a corto plazo de las sanciones estadounidenses probablemente recaería sobre a dónde fluya el petróleo iraní en lugar de sobre la cantidad. Esto pudiera afectar las relaciones de precios del petróleo en diferentes lugares de entrega.

“Las exportaciones se redirigirán a las contrapartes que tienen una mayor tolerancia al riesgo para absorber estas importaciones”, dijo el Sr. Younes. Agregó que las consecuencias relacionadas con los balances mundiales del petróleo se sentirían más tarde, cuando las sanciones financieras redujeran la inversión en el sector energético de Irán.

Las interrogantes para el mercado se complicaron aún más el martes cuando el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, reveló que Washington se estaba comunicando con proveedores alternativos y que Arabia Saudita, el principal exportador de petróleo crudo del mundo, se había ofrecido a ayudar.

Cuando las sanciones petroleras entren en vigor a finales de este año, se anticipa que la demanda mundial de petróleo supere los 100 millones de b/d por vez primera. En contraste con este escenario alcista, sin embargo, se encuentra la perspectiva de suministros adicionales: principalmente provenientes de Arabia Saudita y de EEUU.

De su parte, el Ministerio de Energía de Arabia Saudita dijo que el reino trabajaría con los productores para “mitigar el impacto de cualquier posible escasez de suministros”.

El reino tiene más de 2 millones de b/d de capacidad de producción adicional conforme limita la producción como parte del cártel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Sin embargo, eso pudiera representar una amenaza para la alianza petrolera entre Riad y Moscú, la cual se ha mantenido como la pieza clave del acuerdo entre los países que son miembros de la OPEP y los que no lo son con el fin de reducir los suministros de petróleo. Arabia Saudita puede no estar tan dispuesto como en el pasado a intensificar inmediatamente la producción para moderar los precios.

Si bien el aumento de la producción de petróleo de esquisto estadounidense puede ayudar a satisfacer parte de la demanda, el peso más ligero de ese crudo lo convierte en un reemplazo inexacto para los barriles provenientes de Irán. La Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) de EEUU pronosticó que la producción de petróleo crudo estadounidense promediaría 11.9 millones de b/d en 2019, un incremento de 2.5 millones de b/d desde 2017.

Cuando se implementó la primera ronda de sanciones, la creciente producción de petróleo de esquisto estadounidense ayudó a contener los precios del petróleo a nivel mundial.

Por su parte, los comerciantes dijeron que, por el momento, es probable que el mercado continúe estando nervioso con la expectativa de que los precios puedan seguir siendo respaldados mucho antes de que las sanciones entren plenamente en vigencia.

La política, más que el conteo de barriles, es lo más importante en la ‘mente’ del mercado.