Nicolás Maduro estuvo mucho menos acompañado en su toma de posesión como presidente de Venezuela este jueves de lo que lo estuvo en 2013.

El presidente venezolano inauguró ante el Tribunal Supremo de su país su segundo mandato presidencial, pese a las denuncias de la oposición venezolana y las críticas de gran parte de la comunidad internacional.

Las autoridades de Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de países latinoamericanos lo acusan de haber subvertido el proceso democrático en Venezuela y aseguran que las elecciones de 2018 no fueron libres ni justas.

Con el país sumido en una profunda crisis económica e institucional, Maduro se muestra decidido a seguir adelante y prevé permanecer en el poder al menos hasta 2025.

En una entrevista reciente, aseguró que "es el pueblo de Venezuela y no ninguna potencia extranjera quien decide quién gobierna en Venezuela".

También ha acusado reiteradamente a los países que lo critican de injerencismo y de haberse sometido a los dictados "imperialistas" impuestos por Estados Unidos.

Solamente cuatro presidentes latinoamericanos acudieron al acto en Caracas: Evo Morales, de Bolivia; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador; y Daniel Ortega, de Nicaragua.

Los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; y de San Cristóbal y Nieves, Timothy Harris, completaron la lista de mandatarios asistentes al acto.

Los únicos mandatarios procedentes de fuera del continente americano fueron los presidentes de Osetia del Sur, Anatoli Bibílov, y de Abjasia, Raul Khajimba, dos países no reconocidos por la ONU.

También estuvieron los vicepresidentes de Bielorrusia y Turquía, un país con el que Caracas ha reforzado sus lazos en los últimos tiempos.

Maduro, que acostumbra a presentar a Pekín y Moscú como sus grandes valedores internacionales, estuvo acompañado en su juramentación del vicepresidente del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de Rusia, Ilyas Umakhanov, y del ministro de Agricultura de China, Han Changfu.

Muchos observadores han llamado la atención sobre las modestas representaciones de estas dos potencias aliadas.

Para Michael Penfold, experto en Venezuela de la Universidad de Columbia (EE.UU.) y autor de varios estudios sobre el chavismo, "la razón es muy simple y es el colapso del estado de derecho y la democracia".

"La comunidad internacional dio algo de espacio tras las elecciones de mayo de 2018 para que se corrigiera, pero nada de eso ha ocurrido", añade.

"Estamos ante la constatación del aislamiento del gobierno de Nicolás Maduro", señala en conversación con BBC Mundo Giovanna de Michele, experta en relaciones internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

"Las ausencias de líderes mundiales reflejan el no reconocimiento de Maduro como presidente legítimo, pero también la gran incertidumbre sobre la efectividad de su gobierno".

Para ella, muchos países están a la expectativa porque "se preguntan quién manda realmente en Venezuela".

"Quizá el deseo de hacer negocios en una Venezuela en crisis podría haber mitigado el problema de su falta de legitimidad y hubiera reducido las ausencias, pero muchos se preguntan quién manda realmente en Venezuela pese a que Maduro se aferre a la presidencia", añade.

En la misma semana en que Maduro juró su cargo, el Grupo de Lima emitió un comunicado en el que exigía la "restauración de la democracia en Venezuela".

Maduro acusa a estos países de actuar como 'satélites de Estados Unidos' y haberse sumado a la "campaña imperialista" contra la Venezuela bolivariana.

Durante su discurso, proclamó que "el mundo es más grande que el imperialismo estadounidense".

Con Andrés Manuel López Obrador como nuevo presidente, México se mantiene en el Grupo de Lima pero evitó suscribir el último comunicado.

López Obrador también invitó a Maduro a su toma de posesión en la capital mexicana, lo que generó gran polémica y se interpretó como una bocanada de oxígeno diplomático para el gobernante venezolano.

Sin embargo, el mexicano no devolvió la visita y no estuvo presente en la toma de posesión de Maduro.

En cualquier caso, los expertos detectan una nueva tendencia en Latinoamérica de la que el Grupo de Lima es solo un reflejo.

De Michelle recuerda que "Maduro es el heredero de una revolución que hace algunos años echó raíces en muchos países latinoamericanos en los que surgieron gobiernos de izquierda y, ahora, en la mayoría hay gobiernos de otro signo, aunque tengan que afrontar una fuerte oposición desde la izquierda".

Para Penfold, una de las claves es que "América Latina, al contrario que otras partes del mundo, es una región mayoritariamente democrática y eso, sumado a la emigración masiva, ha convertido a Venezuela en una problema capital".

De Michelle subraya que "para un país en crisis como Venezuela es vital diversificar sus relaciones comerciales y sus fuentes de suministro".

Las sanciones internacionales, sobre todo las impuestas por Estados Unidos, han agravado las estrecheces de las arcas públicas venezolanas.

Maduro cuantificó recientemente en US$20.000 millones las pérdidas en 2018 para Venezuela a causa de las sanciones.

Pero muchos dudan de que las sanciones por sí solas basten para doblegar al presidente venezolano.

David Smilde, investigador de la Washington Office of Latin America (WOLA), le dijo a BBC Mundo que "Maduro aún mantiene el control de las armas y del dinero, por lo que, no parece que las cosas vayan a cambiar mucho a corto plazo".

Smilde señala que "Trump ya tiene bastantes preocupaciones con el cierre del gobierno, con el muro con México y con la investigación de la supuesta colusión con Rusia, por lo que no cree probable que vaya a dar más pasos contra Maduro inmediatamente".

Penfold, por su parte, destaca que "una economía petrolera como la de Venezuela es muy dependiente de las relaciones exteriores".

Pero recuerda que la oposición debe "ganar credibilidad" si quiere ser vista como una alternativa a Maduro.

"La presión internacional da el contexto, pero el cambio solo pueden provocarlo factores internos", concluye.

Al menos ocho hombres se han suicidado en el Reino Unido en los últimos seis años tras ser acusados de pedofilia en las redes sociales por quienes se identifican como "cazadores de pedófilos".

Uno de esos casos fue el del padre de Lesley, a quien la policía no llegó a acusar por el crimen.

Ahora vive con preguntas sin respuesta, amenazas de violación y la creencia de que esos grupos, en vez de permitir que se haga justicia, lo que hacen es entorpecerla.

"Lo adoraba. Era un animador innato", dice Lesley al recordar a su padre, Michael Duff.

"Hablábamos de cualquier cosa y de todo. Era la persona a quien recurría cuando me sentía mal, todo lo que quería era un abrazo de mi papá".

Nunca sospechó que él podría tener un lado oscuro que pudo haberlo llevado a contactar a una joven de 15 años a través de internet. Y a organizar un encuentro para verla en persona.

Pero en julio de 2015, cuando estaba en su casa, con su hija, una persona la contactó para contarle acerca de un video que estaba circulando ampliamente en redes sociales. Allí se veía cómo su padre era confrontado por un "cazador de pedófilos".

La chica de 15 años que su padre pensó estaba contactando, era una persona utilizando un perfil falso para tratar de exponer a potenciales abusadores sexuales.

Lesley llora cuando recuerda el momento en el que se enteró.

"Mi amiga me comentó: 'No sé cómo decirte esto, pero en Facebook hay un video, es sobre tu papá'. Me senté, estaba en estado de shock. Amigos en común lo habían visto, no había nada que pudiera hacer".

Y prosigue: "Debo haber estado gritando porque mi hija, que estaba arriba, me escuchó y me preguntó qué pasaba".

Le dijo a la joven, quien también tenía 15 años: "Tu abuelo es un pedófilo".

Y le mostró el video, algo que lamenta profundamente.

Duff se entregó a la policía ese mismo día. Le confiscaron sus computadoras.

Fue liberado después de ser interrogado y, dos días después, se suicidó.

Lesley estaba molesta con su padre y no había conversado con él desde que se enteró de lo ocurrido.

Esta es la primera vez que habla públicamente de su padre.

Decidió hacerlo para que los "cazadores de pedófilos" puedan entender las ramificaciones que tienen sus acciones.

La mayoría de los hombres que se suicidaron tras las acusaciones lo hicieron a los pocos días de haber sido filmados y de que su identidad quedara expuesta en las redes sociales.

Quienes se dedican a encontrar a posibles pedófilos afirman estar prestando un importante servicio: dicen que están manteniendo al público seguro.

Jamie Lee, de 29 años, es un prolífico "cazador de pedófilos" que se identifica como "encargado de protección infantil". Se dedicó a esta actividad porque él mismo fue víctima de abuso.

Muestra un video en el que estuvo involucrado en el que aparece un hombre de mediana edad llamado Robert.

Pensó que se estaba comunicando con un chico de 14 años a través de internet. Pero en realidad, el hombre había estado hablando con Jamie.

"Robert me contactó y, después de un par de semanas, fue bastante explícito. Me dijo todas las cosas viles que me iba a hacer", explica Jamie, quien asegura que siempre espera a que los hombres den el primer paso.

En el video Jamie confronta a Robert cuando el último sale de su auto, pidiéndole las llaves para estar seguro de que no se escapará.

-"Si te parece que un chico con un uniforme escolar es atractivo, ¿qué eres?", le pregunta. No hay respuesta.

-"¿Te gustan los jóvenes?", intenta una vez más.

-"Sí, pero nunca he estado con ninguno", responde Robert.

El video se estaba transmitiendo en vivo en Facebook.

"Puedes ver como su semblante cambia. Palidece. Sabe que está en problemas", comenta Jamie viendo el video una vez más.

Y añade: "Lentamente se da cuenta de que la buena vida que ha tenido está a punto de terminar. Lo admitió todo una vez que se dio cuenta que fue descubierto con las manos en la masa".

Robert estuvo detenido por unos meses tras lo ocurrido y luego de admitir que había intentado establecer una comunicación de naturaleza sexual con un niño.

Se suicidó tras salir de prisión.

Jamie dice que nunca pensó que eso pudiera pasar. "Mi objetivo es que admitan lo que han hecho".

"Estaba devastado cuando supe que Robert se había quitado la vida -prosigue- mucho más por su familia. Sigo diciéndome a mí mismo que no es mi culpa. Pero me siento ligeramente culpable de que un hombre haya perdido la vida por la manera en la que me aproximé a él".

Dice que su objetivo no es incitar a la violencia ni al odio.

"Lo hago porque si ellos fueran mis vecinos, yo lo querría saber".

En algunas ocasiones, la policía trabaja con estos grupos.

Pero el Consejo Nacional de Jefes de Policía, dice que estas personas pueden socavar las investigaciones oficiales con evidencia que no es sólida.

También les preocupan las retaliaciones que los acusados puedan sufrir y el riesgo de suicidios.

La muerte de Duff dejó a Lesley sin respuestas con respecto a la culpabilidad de su papá y a la dimensión de sus acciones.

"Pudo haber sido un evento aislado, un momento de estupidez. Sé que la gente dirá: 'bueno, pero tuvo la idea'. La realidad es que quizás no cometió ningún crimen", dice la mujer.

Pero no lo sabe porque el caso se cerró tras la muerte de su padre.

"No sé qué había en su computadora, si es que había algo, pero nunca lo podré averiguar porque a alguien se le ocurrió compartir un video en Facebook, en vez de dejar que la policía se encargara del asunto".

Lesley siente que le ha tocado lidiar con las consecuencias de las acciones de su papá.

"Me han amenazado con violarme y violar a mi hija", explica entre lágrimas.

No pudo realizar un funeral porque temía que se presentaran personas buscando venganza. La investigación se cerró por la misma razón.

Su padre fue cremado a cientos de kilómetros de distancia.

Su muerte, sin embargo, no detuvo la circulación de videos en redes sociales.

Alguien que conoce compartió en Facebook un video de Duff cuando su cadáver era trasladado desde su casa a una ambulancia envuelto en una bolsa mortuoria.

Es un ejemplo del odio del que ha sido víctima, pese a que dice no haber hecho nada para merecerlo.

Entonces, ¿es correcto exponer en internet a una persona que podría haber abusado sexualmente de menores de edad?

Jamie cree que es importante que la gente sepa "de lo que son capaces".

Pero sí piensa que hay "cazadores de pedófilos" que han actuado erráticamente y que su primera intención no siempre es lograr que se haga justicia.

"Hay una gran falta de responsabilidad en la comunidad. Muchas personas están tras sus 15 minutos de fama, y eso me molesta mucho", dice.

Y prosigue: "Se apropiaron de algo que se supone iba a ser bueno y realizado con responsabilidad. Pero ya no lo es. Es un circo, y es vergonzoso".

Así que decidió no dedicarse más a "cazar" pedófilos después de conocer a Lesley. Ahora quiere hacer campañas de concientización en las escuelas con respecto al peligro de establecer contacto con potenciales abusadores sexuales a través de internet.

Lesley, por su parte, se opone a que la identidad de quienes pudieran ser culpables se revele en internet. Dice que hacerlo no es más que exponer a estos individuos para que otros los juzguen.

"No quería contar lo que me pasó, porque no deseaba revivirlo. Pero la gente tiene que saber que cuando comparten un video en Facebook, es el fin de la historia para ellos, pero no para nosotros (la familia)", dice.

Para ella no ha habido justicia, tampoco respuestas, solo preguntas acerca de quién era el padre que ella adoraba.

"¿Cómo pudo hacer algo como eso? ¿Cómo estuvo vinculado con algo así? El papá con quien crecí, el papá que amaba…".

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Nicolás Maduro jura este jueves su cargo como presidente de Venezuela en el inicio del que será su segundo mandato, muy cuestionado por muchos dentro y fuera de Venezuela.

Como casi todo en la política del país sudamericano, el juramento de Maduro se produce en medio de una fuerte polémica.

Sus rivales y gran parte de la comunidad internacional lo acusan de haberse convertido en un gobernante de facto. Estados Unidos lo tacha de "dictador" y el pasado viernes los países americanos en el Grupo de Lima aseguraron que no reconocerían su nuevo periodo presidencial.

Maduro, por su parte, reprocha a la oposición venezolana que se "ha vendido" a intereses extranjeros y culpa a Washington y a sus aliados de injerencia en los asuntos de Venezuela.

"Al presidente de Venezuela lo elige el pueblo de Venezuela", dijo en una entrevista reciente.

Ese es precisamente el meollo de la cuestión: muchos creen que no fue limpiamente elegido.

De acuerdo con lo anunciado por Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo, Maduro jurará su cargo el jueves 10 ante los magistrados del Tribunal Supremo.

No estará Christian Zerpa, el juez que recientemente se marchó a Estados Unidos y denunció desde allí que el alto tribunal del país está controlado por el gobierno.

Ese mismo día Maduro participará en lo que Cabello definió como "un acto con el pueblo" y en un encuentro con militares.

Al día siguiente acudirá a la Asamblea Nacional Constituyente, impulsada por el propio Maduro como alternativa a la Asamblea Nacional controlada por la oposición desde su victoria en las elecciones de 2015.

Allí se espera que presente las líneas de actuación de su gobierno.

La Constitución venezolana establece en su artículo 231 que el candidato ganador de las elecciones "tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el 10 de enero del primer año de su período constitucional".

Pese a que Maduro fue declarado vencedor en unos comicios celebrados en 2018, en realidad lo que expira ahora es el mandato inaugurado por el fallecido presidente Hugo Chávez con su victoria electoral de 2013.

La muerte de Chávez pocos meses después de su triunfo llevó a la convocatoria de unas elecciones para elegir a su sucesor, pero no al inicio de un nuevo mandato.

Cambiaba el presidente por la muerte del anterior, pero no el periodo presidencial.

Solo agotado 2018 comienza un nuevo sexenio presidencial, el que va de 2019 a 2025, que Maduro se dispone a inaugurar pese a las críticas.

Estados Unidos y varios de sus aliados aseguran que Maduro es un "dictador", una acusación repetida a menudo por sus rivales en Venezuela.

Son muchas las irregularidades que denuncian, todas negadas por el gobierno.

De acuerdo con Estados Unidos, la Unión Europea, el Grupo de Lima y varias organizaciones civiles, las elecciones en las que en mayo de 2018 Maduro se proclamó vencedor no cumplieron con los estándares internacionales.

José Ignacio Hernández, experto en Derecho Constitucional venezolano, asegura que las elecciones "tienen un problema de origen, ya que las convocó la Asamblea Nacional Constituyente, que es un organismo ilegítimo, cuando según la Constitución debería haberlas convocado el Consejo Nacional Electoral".

Añade que, al contrario de lo que sucedió en 2013, "a muchos candidatos y partidos se les impidió participar".

La Asamblea Nacional Constituyente fue impulsada por Maduro en mayo de 2017 después de que en 2015 la oposición lograra la mayoría en la Asamblea Nacional, órgano legislativo que desde que existe la Constituyente se ha visto despojada de sus funciones.

Según Hernández, la invalidez de aquella elección implica que "Maduro no es el presidente electo y no se puede juramentar quien no ha sido electo".

Hernández señala que "en derecho público se distingue entre legitimidad de origen y legitimidad de ejercicio. Para el periodo 2013-2019 Maduro tenía su legitimidad de origen porque las elecciones de 2013 fueron reconocidas en todo el mundo, pero sus violaciones de los derechos humanos le hicieron perder la legitimidad de ejercicio".

Al no admitirse la limpieza de las elecciones de 2018, "habrá perdido también la legitimidad de origen, que era lo único que le quedaba a Maduro", añade Hernández.

Maduro recalca que en las elecciones de mayo de 2018 logró más de seis millones de votos y en una reciente entrevista afirmó que "en Venezuela gobierna y manda soberanamente el pueblo, y el pueblo ya decidió".

Además de la convocatoria por parte de la Constituyente, se cita entre las irregularidades del segundo mandato de Maduro el poco margen temporal que se dio en la convocatoria electoral.

Hernández asegura que, de acuerdo con la Carta Magna venezolana, "las elecciones no pueden convocarse con menos de seis meses de antelación y en las de 2018 solo se dio un mes y medio".

Otro motivo de controversia es el hecho de que Maduro vaya a jurar como presidente ante el Tribunal Supremo y no ante la Asamblea Nacional.

La Constitución determina que el nuevo presidente debe jurar su cargo ante esta cámara legislativa, pero también que "si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia".

Maduro y sus seguidores sostienen que la Asamblea Nacional "está en desacato" desde que el Tribunal Supremo emitió en 2016 una sentencia en la que anulaba todas las decisiones de esta cámara.

La tesis gubernamental es la de que la Asamblea no es competente para tomarle juramento al presidente mientras persista esta situación, por lo que procede que el presidente jure ante el Supremo.

La oposición cree en cambio que todo obedece al plan de Maduro de neutralizar el poder del legislativo, cuyo control perdió en las urnas.

El gobierno venezolano ya lleva meses pagando en forma de sanciones internacionales por una elección rechazada por Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima, y porque gran parte de la comunidad internacional considera a Maduro un gobernante ilegítimo.

Este mismo martes, Washington decretó una nueva ronda de medidas contra figuras de la élite política y empresarial venezolana.

Pero David Smilde, investigador especializado en Venezuela de la Washington Office of Latin America, no cree que Donald Trump vaya a "dar más pasos significativos a corto plazo".

"Trump ya tiene bastantes preocupaciones con el cierre del gobierno, con el muro con México y con la investigación de la supuesta colusión con Rusia", indica.

Aunque no descarta que la fecha del 10 de enero "tenga un valor simbólico que movilice a la oposición", dice que "no parece que las cosas vayan a cambiar mucho más".

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Martes a medianoche. La espera para comprar gasolina se ha prolongado por casi dos horas. Entre los automóviles, un joven en bicicleta platica con los conductores.

“En la calle Mar Mediterráneo están surtiendo sin fila. Si quiere lo llevo”, ofrece.

En ese lugar no existe ninguna gasolinera. Los conductores entienden: lo que se ofrece es combustible robado, "huachicol".

La escena ocurre en una colonia de clase media de Ciudad de México, donde en pocas horas cientos de automovilistas llenaron las estaciones de servicio ante el riesgo de que se presente desabasto de gasolina, como ocurre en algunas regiones del país.

Desde hace varios días, en al menos ocho estados existen problemas para abastecer gasolina y diésel, después que con la nueva estrategia contra el robo de combustible se cerraron las válvulas de algunos ductos.

Petróleos Mexicanos (Pemex) afirma que hay suficiente gasolina para atender la demanda, pero como se envía por autotanques o pipas, la distribución es más lenta.

“Hay gasolina suficiente en los centros de acopio del país”, asegura el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Pero no podemos utilizar los ductos porque existen redes que se crearon para robarse las gasolinas, redes alternas”.

“Sería fácil abrir los ductos y decir: 'Se normalizó ya la situación', pero mantener a sabiendas el robo, es decir, aceptar, tolerar el robo. Eso no lo vamos a hacer, vamos a resistir todas las presiones que sean”, agregó el mandatario.

En el caso de Ciudad de México, hubo compras nerviosas, lo cual redujo el combustible disponible en las gasolineras.

Por eso la oferta del joven de la bicicleta. La medianoche de ese martes consiguió por lo menos diez clientes.

La venta clandestina de gasolina es cada vez más frecuente en la capital mexicana.

Así se registra en México la falta de gasolina

Según datos oficiales, en los últimos dos años la ciudad se ha convertido en uno de los principales centros de distribución de “huachicol”.

En 2018, según datos del gobierno de Ciudad de México, se extrajeron de los ductos que cruzan la capital unos 400.000 barriles de hidrocarburos.

Como en otros estados del país, parte de la gasolina y diésel se comercializa en gasolineras legales.

Pero también se vende a conductores de transporte público, refaccionarias o negocios pequeños.

Un proceso de distribución que se construyó en las últimas décadas, según le dice a BBC Mundo Ana Lilia Pérez Mendoza, autora del libro "El cartel negro" que documenta el robo de combustibles a Petróleos Mexicanos (Pemex).

“Es una realidad que empresas gasolineras comercializan hidrocarburo robado”, explica.

“Desde dentro de Pemex se identificó a las gasolineras que dejaron de comprarle, todo lo que vendían era robado y aun así no se les rescindieron los contratos de franquicia”.

De hecho, después que inició la nueva estrategia contra el “huachicoleo”, Petróleos Mexicanos –que abastece el 95% de la gasolina del país– canceló el contrato a 130 estaciones de servicio, según datos de la Comisión Reguladora de Energía.

BBC Mundo solicitó información a Pemex sobre el proceso y forma como se practica el robo de combustible. No hubo respuesta.

De acuerdo con la especialista en México, existen tres modalidades de robo de combustible.

La primera es a través de tomas clandestinas que en los últimos años creció de forma importante.

De hecho, en el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto se detectaron más de 12.000 sitios de extracción a ductos.

En esta modalidad también hay variantes, dice Ana Lilia Pérez. Desde hace décadas se construyó una especie de red paralela a los poliductos para extraer permanentemente el combustible.

“Son conexiones muy bien hechas, instaladas por profesionales”, cuenta.

Otra forma de extracción clandestina son las llamadas “tomas calientes”, es decir, perforaciones que se realizan de manera improvisada para extraer hidrocarburos en poco tiempo.

Este procedimiento es el que causa más accidentes y por eso también es más visible para los medios y ciudadanos.

Pero hay otros métodos más discretos. El presidente Andrés Manuel López Obrador cuenta que al asumir el gobierno detectaron casas y bodegas construidas a unos metros de los ductos.

“Y lo que hacían era ordeñar. Luego guardaban el combustible en las bodegas”, explica.

En esta modalidad participan bandas locales pero también grupos de narcotráfico dice la especialista.

Por ejemplo en Tamaulipas, donde opera el cartel de Los Zetas, sus miembros están “vinculados con empleados de Pemex”, extraían directamente de los pozos petroleros un producto llamado condensado de gas.

El material se utiliza para refinar gasolina de alta calidad y su mercado principal se encuentra en Estados Unidos.

“Los Zetas lo llevaban en pipas que cruzaban la frontera o por los ductos que instalaron”, cuenta Pérez Mendoza.

Otra forma es transportarlo en barcos que cruzan el Golfo de México para desembarcar en suelo estadounidense.

La segunda modalidad de “huachicoleo” es a través de pipas o camiones cisterna.

Para cargar la gasolina es necesario contar con una factura o recibo que ampare la cantidad de hidrocarburo que se compra en los centros de almacenamiento.

Pero en muchos casos los empleados de Pemex permiten que, con un solo documento, las pipas obtengan dos o tres cargas de combustible.

Es decir, por cada cargamento legal de gasolina o diésel existen uno o dos ilegales.

A veces la compra se realiza con facturas clonadas o apócrifas, y se han detectado casos donde las pipas entran a los almacenes de Pemex sin ese documento.

“En esta modalidad de robo tienes la colaboración absoluta del personal de Pemex”, dice la especialista.

“Empieza con el portero checador que tiene la función de revisar que la factura con que entra a la terminal sea legal. Por eso ahora pusieron a militares en las puertas, tiene lógica”.

La tercera modalidad es con barcos que transportan el combustible por vía marítima.

La especialista cuenta que se han detectado decenas de embarcaciones que zarpan de Ciudad del Carmen, Campeche, en el sureste y cruzan el Golfo de México para llevar hidrocarburos a puertos en Tamaulipas, en el noroeste.

Estos grupos contratan personas que conocen la región, un área de 11.000 kilómetros cuadrados, y en ocasiones utilizan a exempleados de las plataformas marítimas.

A veces los piratas también roban equipo de plataformas marítimas abandonadas e inclusive se han detectado intentos de abordaje a instalaciones en funcionamiento.

Con estas tres modalidades de robo de combustible el año pasado, Pemex registró pérdidas por 60.000 millones de pesos, unos US$3.000 millones.

Un delito que el nuevo gobierno de México pretende erradicar con su estrategia antihuachicoleo.

Según López Obrador, ya hay resultados: el martes 8 de enero se registró el robo de 27 pipas con gasolina, la cifra más baja “desde la expropiación petrolera” en 1938, dice el presidente.

En un rancho de Tamaulipas, en el noroeste de México, el Ejército encontró 21 cuerpos, de los cuales 15 estaban calcinados.

De acuerdo con información oficial, la masacre se debió a la disputa de grupos de delincuencia organizada en la región, fronteriza con Estados Unidos.

“Todo indica que fue un enfrentamiento entre dos grupos”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Los cuerpos fueron localizados cerca del pueblo Los Portones, del municipio de Miguel Alemán. Algunos tenían chalecos antibalas y ropa parecida a uniformes militares.

De acuerdo con el procurador de Justicia de Tamaulipas, Irving Barrios, el enfrentamiento fue entre los carteles del Golfo y del Noreste, que desde hace un par de años disputan el control del tráfico de drogas en esa zona de la frontera.

Acapulco, la ciudad turística en México donde los cadáveres ya no caben en la morgue

El sitio donde se localizaron los cuerpos “funciona como una especie de guardaraya para esos grupos de la delincuencia organizada”, dijo el funcionario a Radio Fórmula.

El enfrentamiento habría ocurrido la mañana de este miércoles, pero el hallazgo se realizó por la tarde.

Según el procurador, la esposa de una de las víctimas denunció la desaparición de su pareja, y dijo a las autoridades que podría ser localizado en una zona alejada del municipio de Miguel Alemán.

Cuando llegaron policías y militares encontraron camionetas calcinadas, así como cientos de casquillos de balas de fusil AK47 y Barret, de calibre .50

No se sabe cuántas personas participaron en el enfrentamiento.

“Lo que podemos suponer es que hubo un grupo ganador de esa batalla que incendió vehículos y cuerpos”, dijo.

La zona donde se encontraron los cuerpos se conoce como Frontera Chica y se ubica en la frontera entre Tamaulipas y Texas.

Es una de las regiones con mayor tráfico de drogas, armas y personas del país. Durante décadas fue controlada por el Cartel del Golfo y su brazo armado, Los Zetas.

Pero en 2010 las organizaciones se separaron, y desde entonces empezó una guerra por quedarse con el territorio. De hecho Los Zetas nacieron en Miguel Alemán, el municipio donde ocurrió el enfrentamiento.

En los últimos años la mayoría de los fundadores del grupo, todos exmilitares de élite, fueron detenidos o abatidos en enfrentamientos las fuerzas de seguridad.

La Frontera Chica se convirtió entonces en un campo de batalla entre grupos que se separaron de las primeras organizaciones. Uno de ellos es el Cartel del Noroeste, por ejemplo.

Muchos de los enfrentamientos en la región se conocen sólo por redes sociales, pues la mayoría de los medios locales decidieron no publicar historias de violencia.

El pasado 20 de diciembre, por ejemplo, en el estacionamiento del diario Expresso un grupo de desconocidos dejó una nevera con una cabeza humana dentro, así como un mensaje con amenazas.

Entre los periodistas de México a Tamaulipas se le conoce como una “zona de silencio”.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) y mediciones de organizaciones civiles, el estado es uno de los que registra mayores índices de violencia en el país.

Fue como si hubiera perdido a un hermano mayor. Así describen los que estuvieron muy cerca, cómo vivió Evo Morales el fallecimiento de Hugo Chávez en 2013.

El boliviano fue, muy probablemente, el presidente que más cariño y agradecimiento tuvo por su par venezolano.

A tal punto, señalan los testigos, que la "lealtad" que el gobierno de Bolivia mantiene por la Revolución bolivariana se puede explicar más por ese vínculo que por la coyuntural alianza económica y política que mantienen Caracas y La Paz.

Evo Morales lloró el fallecimiento de Chávez, no solo por la partida de un socio y un aliado, sino por la pérdida de una de las personas que más creyó en él y que lo apoyó sin reparos en sus momentos más difíciles.

Y cinco años más tarde, con Venezuela viviendo una profunda crisis económica y política, Morales es uno de los pocos presidentes que sigue expresando siempre que puede su apoyo a la Revolución bolivariana.

Pese a la ola de críticas a Maduro encabezadas por los 13 países reunidos en el Grupo de Lima, Bolivia sigue apoyando al presidente venezolano y es uno de los que no ha puesto en duda la legitimidad de su mandato.

Por ello, este jueves, fue uno de los pocos presidentes que decidió acompañar al mandatario venezolano en su nueva posesión presidencial.

Cuando Morales todavía era apenas un diputado opositor y dirigente sindical, en 2002, Chávez ya lo tenía en el radar.

"Tenemos que hablar, indio. Tenemos que hablar, Evo", le gritó el venezolano en La Paz durante una visita oficial que hizo en ese entonces. Era en una época en la que no muchos calculaban que el entonces dirigente cocalero sería el futuro presidente de Bolivia.

Así lo relató el mismo Morales, pocos días después del fallecimiento de su amigo para la cadena Telesur.

También contó las numerosas llamadas que el líder de la Revolución Bolivariana le hizo en los años previos a su primer triunfo electoral y en los difíciles primeros momentos de su mandato.

Evo abandonaba reuniones y almuerzos para conversar por teléfono con Chávez mientras caminaba por las calles de Cochabamba, en el centro de Bolivia, o en su emblemático Chapare, la selva donde los productores de la hoja de coca montaron su trinchera.

El venezolano fue, en su momento, uno de los líderes que más influencia llegó a tener ante otros presidentes de la región.

Así nació su alianza, que después se consolidaría con la llegada de Morales a la presidencia de Bolivia en 2006.

"Para que Bolivia sepa que no está sola…".

Así arrancó Hugo Chávez un discurso el 11 de septiembre de 2008 en el que terminaría anunciando la expulsión del representante diplomático de Estados Unidos en Venezuela.

"Tiene 72 horas, a partir de este momento, el embajador yankee en Caracas para salir. En solidaridad con Bolivia, el pueblo de Bolivia y el gobierno de Bolivia. Tiene 72 horas el embajador para abandonar el territorio venezolano", gritó en esa noche incandescente de Puerto Cabello.

Fue cuando dijo su famosa frase: "Váyanse al carajo, yankees de mierda, que aquí hay un pueblo digno. Váyanse al carajo 100 veces".

Chávez tomó esa decisión horas después de que Evo Morales hiciera lo mismo acusando al embajador estadounidense de ese entonces de conspirar con su gobierno.

Esos fueron los peores momentos del mandato de Morales, con sus detractores controlando más de la mitad del territorio boliviano.

Fue la época en la que Evo enfrentaba el desafío autonomista de líderes opositores de Bolivia, quienes promovieron movilizaciones masivas en su contra.

"Nos colaboró en todo lo posible. Nos ayudó desde todos sus ministerios cuando todos éramos principiantes en el manejo del Estado", recuerda Luis Arce Catacora, ministro de Economía boliviano en ese tiempo.

La exautoridad boliviana señala que el venezolano tuvo un papel fundamental expresándole su apoyo a Morales en esos años que considera decisivos.

"Fue muy importante cuando Hugo Chávez afirmó que los que querían 'meterse con Evo' se metían con Venezuela para hacernos sentir que no estábamos solos", afirmó.

En septiembre de 2008, en el segundo año de mandato de Morales, las instituciones de seis de los nueve departamentos de Bolivia estaban en manos de la oposición.

Mientras Morales, arrinconado en sus feudos de las regiones cocaleras y el Altiplano, denunciaba un intento de golpe en su contra, Chávez organizó una improvisada cumbre de la Unión de Países Suramericanos (Unasur) para respaldarlo.

Tanto Arce Catacora como otros colaboradores de Morales consultados por BBC Mundo señalaron que Morales veía a Chávez como a un hermano mayor.

"Evo era chavista, como fue fidelista. Su apego a ambos líderes era sobre todo por una sensación de ejemplaridad, no tanto ideológica", recuerda uno de sus asesores más cercanos en ese momento y que ahora prefiere guardar su nombre en reserva por estar alejado del gobierno boliviano.

"Veía en ellos ejemplos a seguir. A Fidel lo llamaba 'padre' y a Chávez 'hermano mayor'", agrega la fuente.

De hecho, otros analistas señalan que habría sido "muy difícil" que el gobierno de Morales sobreviviera los años de mayor asedio opositor sin la ayuda del venezolano.

El politólogo boliviano Jorge Dulón apunta que el apoyo bolivariano fue decisivo en los primeros años del mandato de Morales, fundamentalmente por la capacidad económica que en ese entonces tenía Venezuela y la influencia política de Hugo Chávez.

"Definitivamente hubo un respaldo decisivo del gobierno venezolano y de otros países en los momentos de crisis política. Brasil y Argentina también estuvieron presentes en el apoyo a Bolivia", afirma.

Dulón añade que en Bolivia se conoce del apoyo que "Venezuela y Cuba realizaron en la formación militar y de inteligencia para que los conflictos en Bolivia no prosperen".

"Su participación fue muy importante para que el gobierno no llegue a una crisis definitiva", concluye el experto.

Después del fallecimiento de Hugo Chávez y la agudización de la crisis venezolana, Bolivia se convirtió en uno de los pocos países latinoamericanos en respaldar de manera inequívoca al gobierno de Nicolás Maduro.

"Estábamos muy esperanzados en que el comandante Chávez supere su problema de salud, pero finalmente recibimos ese golpe que fue muy duro. Por ello Evo Morales fue a despedirlo como si él fuera un hermano menor", señala el exministro Arce Catacora.

El exfuncionario, quien fue el timón de la economía boliviana entre 2006 y 2015, es considerado, paradójicamente, uno de los responsables de que su país no haya caído una crisis como la que ahora pasa Venezuela.

Evo Morales lloró en público pocas veces.

Lo hizo el día que asumió la presidencia; también cuando logró el acuerdo definitivo para cambiar la Constitución de su país; y el día que falleció uno de sus principales asesores, Carlos Villegas, quien fuera presidente de la petrolera estatal YPFB.

Sin embargo, en más de tres décadas que lleva en la política, nunca se quebró como lo hizo en el discurso de homenaje a Chávez que hizo el día de su fallecimiento.

Quienes conocen a Morales, resaltan la fidelidad que mantiene con aquellos que lo ayudaron en los tiempos en que era un dirigente sindical asediado.

"Todo lo que hizo Chávez por Evo, todos esos gestos, han generado esa lealtad eterna con Venezuela. De ahí vienen esa lealtad y agradecimiento genuinos", afirma uno de los exasesores del presidente boliviano.

Lealtad que persiste en estos días en los que la mayoría de la región se resiste a reconocer a Nicolás Maduro como presidente.

La alianza política e ideológica que mantienen Caracas y La Paz es, sin duda, uno de los factores que unen a ambos gobiernos.

Sin embargo, no son pocos los que señalan que el decidido respaldo que permanentemente expresa Evo Morales a la Revolución bolivariana se explica más por toda la historia previa que por la coyuntura actual.

Por los muchos años en los que Hugo Chávez llamaba a su amigo boliviano por teléfono para brindarle todo su apoyo.

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El origen de señalas de radio detectadas a través de un telescopio en Canadá es un misterio que astrónomos están tratando de resolver.

En un principio, sólo develaron que las ondas de radio provienen de una galaxia lejana, pero su naturaleza exacta y su fuente todavía es desconocida para los científicos.

Entre las 13 ráfagas de radio rápidas detectadas desde el año pasado, conocidas como FRB, había una señal repetitiva muy inusual, proveniente de la misma fuente a unos 1.500 millones de años luz de distancia.

Tal evento solo ha sido reportado una vez antes, por un telescopio diferente.

"Saber que hay otro (evento sonoro) sugiere que podría haber más por ahí", dijo Ingrid Stairs, astrofísica de la Universidad de British Columbia (UBC).

"Y con más repetidores y más fuentes disponibles para el estudio, podremos entender estos enigmas cósmicos, de dónde son y qué los causa", añadió.

Esos son algunos de los sonidos más espeluznantes del universo, según la NASA

El observatorio Chime, ubicado en el valle de Okanagan en la Columbia Británica de Canadá, consta de cuatro antenas semicilíndricas de 100 metros de largo que exploran todo el cielo del hemisferio norte cada día.

El telescopio se puso en marcha el año pasado y detectó 13 de las explosiones de radio casi de inmediato, incluido la repetitiva.

La investigación ha sido publicada en la revista Nature.

"Hemos descubierto una segunda señal repetitiva y sus propiedades son muy similares a la primera", dijo Shriharsh Tendulkar, de la Universidad McGill de Canadá.

"Esto nos dice más acerca de las propiedades de las repetitivas", apuntó.

Las FRB son destellos cortos y brillantes de ondas de radio que parecen provenir de una región del centro del Universo.

Hasta ahora, los científicos han detectado aproximadamente 60 ráfagas de radio rápidas únicas y dos que se repiten. Pero creen que podría haber hasta 1.000 FRB cada día.

Hay una serie de teorías sobre cuál es su origen.

Una es que puede tratarse de una estrella de neutrones con un campo magnético muy fuerte que gira muy rápidamente, o quizás su origen es resultado de dos estrellas de neutrones que se fusionan.

Entre una minoría de expertos se dice que pueden ser alguna forma de nave espacial alienígena.

Sonido de la sonda Juno cruzando el arco de Júpiter

El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez anunció este jueves la ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela.

El mismo día en que Nicolás Maduro juraba su cargo como presidente ante el Tribunal Superior de Justicia pese a las críticas de gran parte de la comunidad internacional, Abdo comunicó que su país cerrará la embajada en Caracas y retirará a todo su personal diplomático.

"Paraguay no reconoce el mandato del presidente Nicolás Maduro por ser el resultado de un proceso electoral ilegítimo", dijo Abdo en una alocución que tuvo lugar minutos después de que el mandatario venezolano asumiera en Caracas.

El mandatario añadió que queda suspendido el acuerdo de supresión de visas entre ambos países, pero aclaró que esto solo afecta a los funcionarios del gobierno venezolano.

Apenas 24 horas antes, Maduro había advertido a los países del Grupo de Lima -al que Paraguay pertenece- de que, si no rectificaban el reciente comunicado en que lo denunciaban una vez más como un gobernante ilegítimo y le reclamaban la convocatoria de nuevas elecciones, tomaría las más "urgentes y crudas medidas diplomáticas".

Maduro dio un plazo de 48 horas al Grupo de Lima para rectificar su postura.

Antes de que se cumpliera este plazo, el gobierno paraguayo decidió la ruptura de relaciones.

Los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, agrupados en el Grupo de Lima, sostienen que las elecciones presidenciales de mayo de 2018, en las que Maduro obtuvo la victoria, no cumplieron con las garantías necesarias, una postura compartida por Estados Unidos y la Unión Europea, que han aprobado sanciones contra la dirigencia venezolana.

Maduro, en cambio, acusa a estos países de haberse convertido en "satélites de Estados Unidos" y de ser parte de la "conspiración imperialista" contra la revolución bolivariana fundada por Hugo Chávez.

Por Daniel Pardo, corresponsal de BBC Mundo en el Cono Sur

Aunque Paraguay no es un socio importante de Venezuela, esta es una de las medidas más fuertes que un gobierno haya realizado en los últimos meses en contra del gobierno venezolano.

Perú y Colombia, por ejemplo, han retirado a sus embajadores en Venezuela y han pedido medidas conjuntas del Grupo de Lima para romper relaciones.

Aunque es una medida de alta carga simbólica, algunos analistas creen que romper relaciones da al gobierno de Maduro razones para radicalizar su discurso internamente e impide salir de la crisis de una manera pacífica y negociada.

No sería extraño ver que Maduro use el pasado de Abdo Benitez, hijo de un alto cargo del régimen militar paraguayo, para deslegitimar la medida.

La pregunta es si otros países se unen a la misiva de Paraguay, profundizando el aislamiento de un gobierno chavista que afronta la peor crisis económica de la historia del país.

Cuando Christian Rodríguez llegó por primera vez a las montañas mexicanas de Sinaloa, se preocupó por la pista de aterrizaje clandestina corta y los hombres con armas largas. Luego conoció a su nuevo cliente: Joaquín "El Chapo" Guzmán.

Era el comienzo de 2008. Rodríguez era apenas un veinteañero. Vivía en Colombia y estaba desarrollando su propia empresa en ciberseguridad, por la cual había abandonado los estudios en ingeniería de sistemas.

Quien lo llevó a conocer a "El Chapo" fue Alex Cifuentes, un narco colombiano socio del líder del cartel de Sinaloa para cuya familia Rodríguez había instalado un sistema seguro de comunicaciones, a prueba de interceptaciones.

Guzmán quería lo mismo para él. Y Rodríguez aceptó dárselo.

Ese fue el comienzo de una relación entre ambos que duró hasta 2012, con una docena de encuentros cara a cara y "cientos" de comunicaciones telefónicas, según dijo Rodríguez este miércoles como testigo del juicio a "El Chapo" en Nueva York.

El joven colombiano se volvió tan confiable para Guzmán que éste también le solicitó un software espía para calmar una obsesión personal: vigilar a personas de su entorno, incluida su propia esposa Emma Coronel y una amante.

"Me llamaba todo el tiempo para pedirme cosas para el software espía", señaló Rodríguez, hoy con 32 años y vestido con una elegante chaqueta azul, en la corte federal de Brooklyn.

En un giro dramático, el técnico de confianza pasó a colaborar en cierto momento con las autoridades de Estados Unidos. Y les abrió paso a las comunicaciones íntimas y comprometedoras del narco, que ahora son pruebas contundentes en su contra.

Los narcos quizá sean eficaces en mover drogas, disparar armas o sobornar autoridades. Pero algo que ha mostrado el juicio a "El Chapo" es que la tecnología puede ser un punto débil para ellos.

Rodríguez contó que Cifuentes (cuyo hermano Jorge fue testigo cooperante antes en el juicio) lo llevó a México para que le resolviera problemas básicos, como una conexión a internet inestable y lenta.

En la primera reunión que tuvo con Cifuentes y "El Chapo", Rodríguez propuso instalar un sistema de internet de alta velocidad mediante un cable desde la ciudad hasta un punto cercano y luego vía inalámbrica hasta el campamento en las montañas de Sinaloa donde se ocultaban.

Guzmán advirtió que "no le gustaba escribir en la computadora, prefería hablar", testificó Rodríguez.

Cuando regresó un mes y medio después al mismo campamento, ya con el sistema de internet instalado, Rodríguez les propuso colocar un sistema seguro de llamadas sobre internet.

Y la idea fue bienvenida.

El sistema funcionaba con un servidor principal protegido por firewall, conectado a internet, mediante el cual se podían comunicar de forma encriptada un teléfono con otro marcando tres dígitos, como las comunicaciones internas de una oficina.

También instaló un adaptador para que teléfonos convencionales análogos se pudieran conectar a la red, así como un servidor de troncales que les permitía hacer llamadas seguras a cualquier teléfono, ya fuera de línea o móvil.

A Guzmán "le gustó" cómo funcionaba todo aquello y le dio instrucciones para configurar los teléfonos de personas que trabajaban con él, dijo Rodríguez, que instaló cerca de un centenar de extensiones al sistema.

El costo de todo aquello fue de US$100.000 que "El Chapo" le pagó en efectivo, precisó.

Pero claro, a un trabajo de esos es difícil renunciar.

Rodríguez dijo que cuando volvió a México poco después, siempre aterrizando en la pista clandestina con hombres armados, Guzmán le pidió el software espía para celulares y computadoras.

El técnico le mostró una aplicación que se instala para monitorear las actividades de un dispositivo, obtener su ubicación o registro de llamadas, copiar sus mensajes o correos electrónicos.

"El Chapo" lo aprobó y pidió que también pudiera abrir remotamente el micrófono del dispositivo. Rodríguez lo habilitó y en adelante instaló el software en unos 50 teléfonos que Guzmán repartiría entre los suyos, sin advertirles que servían para espiarlos.

"Le gustaba mucho", dijo Rodríguez.

Contó que los allegados de Guzmán comentaban que el software era "como su juguete". Pasaba tanto tiempo espiando gente, que llegó a asignarle la tarea a uno de sus hombres para que le reportara lo relevante.

Pero todo aquello pronto se volvería contra "El Chapo".

Cuando el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) supo a través de una fuente confidencial sobre el trabajo que Rodríguez hacía para los narcos en 2009, le tendió una trampa.

Un agente encubierto del FBI se hizo pasar por un gángster y grabó al colombiano en un hotel de Manhattan hablando de sus servicios.

Ante el riesgo de ser acusado de conspirar para el narcotráfico y pasar el resto de su vida tras las rejas, Rodríguez aceptó colaborar activamente con el FBI.

Por un lado, Rodríguez facilitó el acceso de los investigadores al servidor que recibía las llamadas encriptadas de Guzmán y sus hombres, dijo Stephen Marston, un agente especial del FBI que participó de la operación.

En esas llamadas, algunas de las cuales fueron oídas esta semana en la corte de Brooklyn, "El Chapo" se refiere a negocios de drogas, violencia, sobornos a autoridades y cómo tratar con policías.

Por otro lado, Rodríguez alertó al FBI sobre el uso de software espía. Los investigadores obtuvieron autorización para acceder a esos registros entre 2011 y 2012.

Entre el material descubierto hay mensajes de texto del propio Guzmán a su esposa Coronel, en los que se refiere a negocios de droga con su suegro o dice (aparentemente en broma) que comprará un fusil AK-47 a su pequeña hija, para que pueda acompañarlo.

También hay mensajes sobre narcotráfico entre Guzmán y una amante suya, Agustina Cabanillas Acosta, incluido un envío de 550 kilos de marihuana a California que fueron decomisados por las autoridades.

Los textos intercambiados mezclan negocios con declaraciones de amor.

"Eres la persona más importante para mí", le escribió "El Chapo", según las pruebas presentadas en el juzgado.

Sin embargo, en un mensaje a una amiga suya, la mujer dice sospechar que Guzmán la espía a través del BlackBerry que le había dado y se muestra molesta. "Soy mucho más lista", señala.

Como ha sido costumbre desde el inicio del juicio, Coronel estuvo presente en la corte este miércoles y siguió las revelaciones sin inmutarse. Ante una solicitud de BBC Mundo, declinó formular declaraciones sobre las pruebas presentadas.

Tras su colaboración con el FBI, Rodríguez nunca tuvo que responder a cargos en su contra. Por el contrario, recibió un pago de US$460.000 por "gastos y servicios" prestados, indicó el agente Marston.

Agregó que el colombiano fue relocalizado en EE.UU., donde vive actualmente en un lugar desconocido, debido a una "amenaza" contra su seguridad.

Documentos presentados por la fiscalía sugieren que el testigo habría sufrido una crisis nerviosa en 2013 por trabajar para "El Chapo" y más adelante porque los hombres del narco podrían intentar localizarlo.

Uno de los abogados de Guzmán, Jeffrey Lichtman, indicó que Rodríguez tuvo un "pase libre" en EE.UU. en vez de habérsele requerido que se declarara culpable de cometer "crímenes serios".

También cuestionó otra de las revelaciones del agente del FBI Marston: que, por haber contribuido a la captura de Jorge Cifuentes, Rodríguez puede ser elegible para recibir una recompensa de hasta US$5.000.000.

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Adoptará las "medidas más crudas y enérgicas".

Esa ha sido la advertencia que le hizo este miércoles el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, a los países del Grupo de Lima si no cambian su política "injerencista" sobre los asuntos de Venezuela.

A un día de asumir la presidencia de Venezuela para un segundo periodo (2019-2025), Maduro otorgó un plazo de 48 horas para que este grupo de países americanos rectifique su postura y se mostró favorable a tomar medidas también en contra de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, controlada por la oposición.

El mandatario venezolano señaló en una rueda de prensa que su gobierno había alertado al "cartel de Lima" que, de no producirse un cambio en su posición, "tomaremos las medidas más crudas y enérgicas que pueda tomar en diplomacia, en defensa de los intereses nacionales, un gobierno".

La semana pasada, los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía ratificaron su decisión de no reconocer a Maduro como presidente legítimo de Venezuela y pidieron la celebración de unas nuevas elecciones presidenciales "democráticas".

Junto a Estados Unidos y la Unión Europea, estos gobiernos americanos desconocieron los resultados de las elecciones presidenciales de mayo de 2018, en las que no participaron los principales partidos de oposición por considerar que no eran libres ni competitivas.

Aunque México también es miembro del Grupo de Lima, el nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no secundó la iniciativa y, de hecho, ha criticado a esa organización señalando que se ha radicalizado y que, por tanto, se ha alejado de la posibilidad de poder ayudar a encontrar una salida a la crisis en Venezuela.

En cuanto a la AN, Maduro dijo que "no está descartado que el Poder constituyente tome medidas radicales contra un intento de sedición y de golpe de Estado por parte de la Asamblea adecoburguesa".

Los países del Grupo de Lima reconocen a la Asamblea Nacional como el único poder legítimo en Venezuela y, de hecho, la semana pasada le pidieron a Maduro que "le transfiera, en forma provisional" el gobierno "hasta que se realicen nuevas elecciones presidenciales democráticas".

El oficialismo, en cambio, acusa a la AN de ser un apéndice del Grupo de Lima y afirma que tiene una conducta golpista y contraria a los intereses del país.

En ese sentido, la Asamblea Nacional Constituyente, controlada por el chavismo, aprobó una declaración el martes pasado en la que exige "de manera categórica" que se trate como "traidores a la Patria" y se sancione a quienes apoyen al Grupo de Lima.

Este miércoles, Maduro mostró su respaldo a esa postura y señaló que si la Constituyente decidera convocar a elecciones legislativas anticipadas (lo que supondría una disolución de la AN) él estaría de acuerdo.

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"El mundo es más grande que el imperio estadounidense y sus gobiernos satélites. Aquí está ese mundo", dijo este jueves Nicolás Maduro cuando tomó posesión del cargo de presidente de Venezuela para un segundo mandato que se extenderá durante seis años, hasta 2025.

Lo hizo en compañía de unos pocos aliados. Solamente cuatro presidentes latinoamericanos acudieron al acto realizado en Caracas en la sede del Tribunal Supremo de Justicia: Evo Morales, de Bolivia; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador; y Daniel Ortega, de Nicaragua.

Los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; y de San Cristóbal y Nieves, Timothy Harris, completaron la lista de mandatarios asistentes al acto.

Los únicos mandatarios procedentes de fuera del continente americano fueron los presidentes de Osetia del Sur, Anatoli Bibílov, y de Abjasia, Raul Khajimba, dos países no reconocidos por la ONU.

El gobierno de Rusia estuvo representado por el vicepresidente del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal, Ilyas Umakhanov, mientras que China envió al ministro de Agricultura y Asuntos Rurales, Han Changfu.

También acudieron los vicepresidentes de Turquía y Bielorrusia, Fuat Oktay e Igor Liashenko, respectivamente; el ministro de la Defensa de Irán, Amir Atami; y el canciller de Palestina, Riad al-Maliki.

Además asistió el encargado de negocios de la embajada de México, Juan Manuel Nungaray; y el de Uruguay, Jose Luis Remedi; así como enviados de distintos países de África y de Medio Oriente.

"Queridos invitados internacionales que hacen brillar este acto", dijo Maduro, quien durante el acto tuvo cuidado en destacar que había un representante de la Unión Africana "que agrupa a 54 países" y de la Liga Árabe, que reúne a 20 países.

El hecho de que solamente los presidentes de 4 de 19 países latinoamericanos acudieran a la toma de posesión de Nicolás Maduro y de que apenas otros dos (México y Uruguay) tuvieran algún tipo de representación en el acto no fue casual.

Maduro obtuvo la reelección en la votación celebrada el pasado 20 de mayo, en unas elecciones en las que no participaron los principales partidos de la oposición por considerar que estas no eran libres ni competitivas.

Los resultados de ese proceso no fueron reconocidos por Estados Unidos y la Unión Europea, quienes tampoco tuvieron representación en la toma de posesión de Maduro.

El nuevo mandato de Maduro no será reconocido por la mayor parte de los gobiernos de América Latina, agrupados en el Grupo de Lima.

La semana pasada, los cancilleres de esa organización, a excepción del de México, pidieron a Maduro en un comunicado que no tomara posesión de su nuevo mandato y que entregara el poder a la Asamblea Nacional "hasta que se realicen nuevas elecciones presidenciales democráticas".

La declaración fue suscrita por los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, además de Canadá, Guyana y Santa Lucía.

En el documento, los gobiernos anunciaron que tomarían medidas de presión económicas en contra del gobierno de Maduro.

Algunas de estas medidas ya empezaron a aplicarse con el anuncio de Perú y de otros gobiernos de que no permitirán el ingreso a sus territorios de altos líderes del oficialismo venezolano y de sus familiares.

Este jueves, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benitez, ordenó el cierre de su embajada en Caracas.

Los planes de Donald Trump de retirar de Siria a las tropas estadounidenses ya se han topado con su primer obstáculo: Turquía.

Trump tomó al mundo por sorpresa el pasado 19 de diciembre, cuando recurrió a Twitter para dar por derrotada a la facción del autodenominado Estado Islámico (EI) que opera en ese país y asegurar que el ejército estadounidense abandonaría la zona.

El anuncio despertó varias críticas sobre las consecuencias que esto podía tener y una de las más destacadas era el vulnerable estado en el que quedarían quienes han sido desde 2014 los principales aliados de Washington en la guerra contra el EI en esas tierras: la milicia kurda de YPG.

Las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) son consideradas el brazo armado del Partido de la Unión democrática (PYD), la principal agrupación política opositora kurda en Siria.

Fueron fundadas en 2003 y tienen una ideología similar a la del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

El gobierno turco considera a las YPG y al PKK "grupos terroristas" que amenazan la seguridad de sus fronteras.

El PKK lucha desde 1984 por la creación de un Estado propio para los kurdos, un pueblo de más de 30 millones de personas que comparten una lengua y cultura milenarias pero que nunca ha tenido un país propio, sino que vive repartido entre Turquía, Siria, Irak e Irán.

Sin embargo, las YPG niegan tener algún vínculo terrorista ni nexos políticos o militares con el PKK y, por el contrario, intentan presentarse como una organización apolítica y de varias etnias que defiende a todas las comunidades religiosas, tanto del régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, como de los extremistas islamistas, según la página web especializada en seguridad internacional Global Security.

Solo una semana antes del anuncio de Trump, el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, había afirmado que su ejército intervendría en el norte de Siria en cuestión de días con esta milicia kurda como objetivo.

"Comenzaremos la operación para limpiar el este del Éufrates de terroristas separatistas en unos pocos días. Nuestro objetivo no son nunca los soldados estadounidenses", dijo Erdogan en una cumbre del sector de defensa en Ankara.

Para el corresponsal de Asuntos Diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus, que el tuit de Trump se diera una semana después de estas declaraciones resultaba "revelador".

"Entonces, ¿Washington ha hecho un trato con Ankara?", se preguntaba Marcus en un análisis. "¿Qué garantías de seguridad habrá para los aliados locales de Washington en el futuro? Y si los kurdos son abandonados a su destino, ¿qué dice eso con respecto a la fiabilidad de EE.UU. como aliado en futuros conflictos?

¿Debería alentarse a los combatientes locales a que se alineen con Washington?"

Como muchos se hacían las mismas preguntas, en los días siguientes autoridades estadounidenses salieron a matizar el anuncio.

El mensaje más contundente provino del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, este domingo.

Durante una visita a Jerusalén, Bolton afirmó que el repliegue en Siria solo se haría cuando se cumpliesen dos condiciones: que Estado Islámico estuviese completamente derrotado y que Turquía se comprometiese a no atacar a las YPG.

Tras las declaraciones de Bolton, el mismo Trump publicó otro tuit en el que aseguraba que la retirada se haría a un "ritmo apropiado", sin detener la lucha contra Estado Islámico y "haciendo todo lo demás que sea prudente y necesario".

Esta salvedad no sentó bien al gobierno turco, que ya creía tener el camino libre para su operación militar contra las milicias kurdas en el norte de Siria.

Hasta ahora, Ankara se había limitado a combatirlas en las tierras al oeste del río Éufrates porque, al otro lado, las YPG trabajan con el respaldo de EE.UU. en una alianza kurdo-árabe llamada Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).

Así que, para Erdogan, las palabras de Bolton resultaron "inaceptables" e imposibles de "tragar", según dijo en un discurso dirigido a su partido este martes.

"Si los EE.UU. los consideran 'hermanos kurdos' están en un grave engaño", afirmó.

La periodista del servicio turco de la BBC Selin Girit reportó desde Estambul que Erdogan aseguró que Turquía haría lo que fuese necesario para matar "terroristas" y que la ya anunciada operación militar de su país en el área norteña de Siria controlada por los kurdos se llevaría a cabo pronto.

"Se esperaba que las conversaciones entre Estados Unidos y Turquía en Ankara sobre la retirada de las tropas estadounidenses fueran tensas después de los comentarios hechos por Bolton sobre las YPG. Pero nadie pensaba realmente que el presidente Erdogan fuera a hablar en términos tan contundentes", escribió Girit en un análisis.

"Ankara ve a las YPG como una amenaza de seguridad nacional, pero Washington quiere tranquilizar a los kurdos respecto a la amenaza turca, para que no se sientan obligados a hacerse amigos de Rusia", añadió.

En un artículo de opinión publicado el lunes en el New York Times, Erdogan aseguró que la decisión de Trump de retirar a su ejército de Siria era correcta, pero que debía planearse cuidadosamente y en cooperación "con los socios correctos para proteger los intereses de EE.UU., la comunidad internacional y el pueblo sirio".

"Turquía, que posee el segundo ejército más grande de la OTAN, es el único país con el poder y el compromiso de realizar esa tarea", concluyó.

Pese a su rechazo a las declaraciones de Bolton, envió al mismo tiempo a uno de sus portavoces, Ibrahim Kalin, a reunirse con el asesor de la Casa Blanca este martes y discutir la estrategia de repliegue de las tropas estadounidenses.

El día anterior, aún en Israel, Bolton había afirmado: "No creemos que los turcos deban comenzar acciones militares que no hayan sido completamente coordinadas, y acordadas, con Estados Unidos como mínimo para que no pongan en peligro a nuestras tropas, pero también para que cumplan el requerimiento del presidente de que las fuerzas de oposición sirias que lucharon con nosotros no estén en riesgo".

Bolton le dijo a los reporteros que no había un calendario para la retirada pero tampoco un compromiso ilimitado en Siria, lo que supone otra rectificación a Trump, que había asegurado que el repliegue se haría en cuatro meses.

Se sabe que hay unos 2.000 efectivos militares estadounidenses en el norte de Siria.

El ejército de EE.UU. inició su intervención en el país en el tercer trimestre de 2015, cuando el entonces presidente, Barack Obama, envió un pequeño número de fuerzas especiales a entrenar y asesorar a los combatientes kurdos locales que luchaban contra el EI.

EE.UU. tomó esta decisión a regañadientes, después de que varios intentos de armar a grupos anti-EI fracasaran.

En los años siguientes, incrementó el número de efectivos y estableció una red de bases y aeródromos en un arco que cruza la parte nororiental del país.

A Turquía le interesa sobre todo saber qué sucederá con estas bases y con las armas entregadas por Washington a las YPG.

"En estos momentos, para Turquía, el EI y las YPG son igual de peligrosos. Ambos son grupos armados con los que se ha enfrentado su ejército y que los ojos turcos ven como una amenaza para su seguridad nacional. Por eso el gobierno dice que no diferenciaran entre el EI y de las YPG, sino que combatirán 'terroristas' sean del bando que sean", explicó Enis Senerdem, editor del servicio turco de la BBC.

Según Senerdem, Erdogan busca evitar que las YPG sigan ganando influencia y fuerza en el norte de Siria para, en un futuro, unir fuerzas con el PKK.

Lo que el gobierno turco espera es que estas bases sean destruidas o, en caso contrario, que queden bajo el control de sus fuerzas armadas, según publicó el diario turco Hürriyet.

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A finales de los 70 y principios de 80 Miami ardía en un mar de sangre, balaceras, cadáveres, explosiones, narcos, policías corruptos, millones de dólares en efectivo y toneladas de cocaína.

Los llamados jinetes de la cocaína dejaban una ola de terror que llevaron a que una ciudad a la que ancianos iban a pasar sus años de retiro se convirtiera en la capital del asesinato en Estados Unidos.

Pero en medio del caos había un lugar surrealista y estrambótico donde mafiosos, oficiales y celebridades convivían en noches en las que el sexo, las drogas, el alcohol y el glamur corrían sin límites.

"Era un paraíso en medio del infierno", le dice a BBC Mundo el escritor y periodista Roben Farzad, autor del libro Hotel Scarface: where cocaine cowboys partied and plotted to control Miami", que se podría traducir como "Hotel Scarface: donde los jinetes de la cocaína iba de fiesta y conspiraban para controlar Miami .

El lugar al que se refiere Farzad, y que relata en su libro, es el hotel Mutiny en Coconut Groove, a 10 minutos del centro de Miami.

Para la época, el Mutiny era el centro del jet set y la ostentación en la ciudad. "Así como Nueva York tenía Studio 54, Miami tenía The Mutiny", dice Farzad.

El hotel era una vitrina para ver y ser visto. Los mafiosos colombianos y cubanos llegaban a gastar miles y miles de dólares, mientras junto a ellos llegaban celebridades como Led Zeppelin, The Eagles, Fleetwood Mac, Barbra Streisand, Liza Minnelli, El Puma o Arnold Schwarzenegger.

"Uno de los residentes del hotel era un joven artista hambriento llamado Julio Iglesias", cuenta Farzad. "Le rogaba al dj del club que pusiera sus canciones".

Según Farzad, el Mutiny también recibió a personajes de la política como Ted Kennedy, los hermanos Bush y Hamilton Jordan, jefe de gabinete del entonces presidente Jimmy Carter.

Pero The Mutiny tenía un lado menosinocente.

Mezclados entre la élite y la farándula estaban los capos que inundaban de coca a Miami.

Según Farzad, hay registros de que Pablo Escobar estuvo al menos una vez en The Mutiny.

"Ir al Mutiny no tenía nada de extraño", dice Farzad. "Si ibas a almorzar ahí no quería decir que fueras corrupto, pero era en las noches que la cosa se ponía interesante".

Todo ahí estaba diseñado para el placer y los excesos.

El fundador del Mutiny fue Burton Goldberg, un personaje al que se le consideró "el Hugh Hefner de Miami".

A finales de los años 60, Goldberg se dedicó a crear un lugar donde "cualquier fantasía fuera posible".

Al darse cuenta de que muchos de sus clientes eran nuevos ricos venidos de Colombia, Venezuela, Cuba y Centroamérica, la diseñadora que trabajaba para Goldberg le dijo que el modelo de negocio de lugar debía ser "la seducción del macho latino".

Así, se dieron a la tarea de crear 130 habitaciones temáticas, cada una más estrafalaria que la otra.

Los nombres de cada suite hablaban por sí solos: Caramelo caliente, El Safari, Caravana Egipcia, La Odisea, Tulipán Escarlata, La quinta dimensión, El espacio exterior…

Farzad narra la anécdota que le contó uno de los huéspedes del Mutiny, quien en medio de una fiesta cayó desde su suite y fue a parar a la habitación Safari, donde había una orgía con hombres y mujeres usando cabezas de leones y elefantes.

También narra una ocasión en la que un grupo de narcos gastó 20.000 dólares para llenar una tina de champaña.

"Nada tenía sentido", dice Farzad", "pero eso era lo de menos, lo que importaba era mostrar que el dinero no significaba nada para ellos".

En medio de la fiesta, al ritmo de música disco, era fácil identificar quién era quién. Los capos cubanos, por ejemplo, eran mucho más ostentosos y extravagantes. A los colombianos, por el contrario, sus patrones les exigían ser mucho más discretos.

Ellos y los demás clientes del hotel eran atendidos por las Chicas Mutiny, un grupo de jóvenes hermosas que ganaban miles de dólares en propinas en una sola noche.

El ambiente en el Mutiny era tan alucinante que nadie se atrevía a perturbarlo.

Los policías encubiertos que se infiltraban ahí tenían claro a quiénes tenían al frente. En cualquier momento hubieran podido allanar el lugar y cerrarlo, pero según Farzad, lo que veían era tan valioso que nadie quería ser culpable de echarlo a perder.

Esa atmósfera onírica es la que recrea la película Scarface, el clásico de 1983 que escribió Oliver Stone, protagonizó Al Pacino y dirigió Brian de Palma.

Según Farzad, el ficticio club Babylon que aparece en la película, está inspirado en el Mutiny.

De hecho, Stone, Pacino y de Palma estuvieron en el Mutiny y según cuenta Farzad, en una parte del guión mencionan por accidente al Mutiny, cuando en realidad se referían al Babylon.

"La forma en la que describen como quieren que sea el Babylon es casi exactamente igual que el Mutiny", dice Farzad con base en la revisión que hizo del guión.

La fiesta en el Mutiny duró hasta 1981.

Ese año Miami alcanzó un nivel de violencia sin precedentes. "Todo se volvió cuestión de vida o muerte", dice Farzad. "Ya no era solo sexo, drogas y disco".

Uno de los puntos de inflexión fue el asesinato de Margarita, una de las Chicas Mutiny que apareció muerta envuelta en una sábana del hotel.

"Eso fue un despertar para los demás empleados", dice Farzad. "Fue darse cuenta que cualquiera de ellos ha podido ser Margarita".

A partir de ahí la policía comenzó a presionar más y junto a otros fenómenos como la aparición del Sida y las peleas cada vez más fuertes entre narcos, el hotel fue perdiendo su clientela.

Además, en la zona se fueron abriendo otros clubes que ofrecían ser menos problemáticos.

Parte de su atractivo era asegurar que en sus clubes no había "marielitos", que es como se les llamaba despectivamente a los inmigrantes cubanos que llegaron en masa durante 1980 y algunos de los cuales terminaban involucrados en narcotráfico en Miami.

Finalmente, Goldberg vendió el hotel en 1984 y estuvo abandonado hasta mediados de los 90, cuando una cadena hotelera lo volvió a poner en funcionamiento, esta vez con ambiente totalmente distinto al original.

"Hoy es un hotel sedado, nada emocionante, no queda nada de su sex appeal", dice Farzad.

Para él, hoy sería "impensable" que existiera un lugar como el Mutiny original. Según dice, es el símbolo de "épocas más inocentes" en las que apenas se comenzaba dimensionar los estragos que comenzaban a crear la cocaína y la violencia que venía con ella.

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