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Sáb, Abr

China anunció haber logrado por primera vez en la historia el alunizaje exitoso de una sonda sobre la cara oculta de la Luna, según informó la Administración Nacional del Espacio de China (ANEC).

La agencia, citada por la agencia oficial de noticias Xinhua, indicó que el hito protagonizado por la nave no tripulada Chang'e-4 tuvo lugar este jueves en la cuenca de Aitken, en el polo sur del satélite de la Tierra, a las 10:26 hora de China (02;26 GMT)

El diario oficial chino Global Times indicó que el logro protagonizado por la nave no tripulada Chang'e-4 tuvo lugar en la cuenca de Aitken, en el polo sur del satélite de la Tierra.

La sonda, que incluye un módulo y un vehículo explorador, transporta instrumentos para estudiar la geología de la zona, así como semillas de papa y plantas para que crezcan en la Luna a modo de experimento biológico.

A pocas horas de su alunizaje, la misión envió ya las primeras imágenes tomadas desde la superficie del satélite.

Al no haber un enlace de comunicaciones directo, todas las imágenes y los datos se envían primero a un satélite separado y luego se transmiten desde allí a la Tierra.

Si bien misiones anteriores estuvieron dirigidas hacia el lado de la Luna orientado hacia la Tierra, esta es la primera vez que una nave desciende sobre la cara oculta.

El diario oficial Global Times calificó el logro de este jueves como un "gran hito de la exploración del espacio".

Programas espaciales como el soviético o el estadounidense ya lograron hace más de medio siglo fotografiar la cara oculta de la Luna pero nunca alunizaron allí, pese a que en 1962 una misión no tripulada estadounidense lo intentó sin éxito, destaca la agencia Efe.

En los últimos días, la nave Chang'e-4 había reducido su órbita en preparación para el alunizaje.

Durante el pasado fin de semana, los medios estatales chinos aseguraron que la sonda había entrado en un camino elíptico alrededor de la Luna, llegando a posicionarse a 15 km de la superficie lunar en su punto más cercano.

La misión partió el 8 de diciembre desde del centro de lanzamiento de satélites Xichang en la provincia de Sichuan para conocer más sobre la cuenca Aitken, un lugar de interés por ser la zona de impacto más antigua y más grande sobre la superficie lunar.

La cara oculta de la Luna no puede verse nunca desde la Tierra debido a un fenómeno conocido como "rotación sincrónica", ya que nuestro satélite tarda tanto en girar sobre su propio eje como en completar una órbita de la Tierra.

Por este motivo, esta cara es también conocida como "lado oscuro", pese a que sí es iluminada por el Sol y experimenta igualmente tanto el día como la noche.

El objetivo de la misión Chang'e-4 es explorar el cráter Von Kármán ubicado en la cuenca de Aitken en el polo sur de la Luna, la cual se estima que probablemente se formó por el impacto de un asteroide gigante hace miles de millones de años.

Se cree que el responsable de formar esta cuenca fue tan poderoso que atravesó la corteza exterior del satélite y llegó hasta el manto lunar. Los científicos quieren estudiar cualquier roca del manto que estuviera expuesta a dicho impacto.

Los investigadores también esperan estudiar partes de la lámina de roca fundida que habría llenado la cuenca, permitiéndoles identificar variaciones en su composición.

Por último, un tercer objetivo es estudiar el regolito de la cara oculta de la Luna: las rocas y el polvo que forman la superficie del satélite.

El módulo de aterrizaje de Chang'e-4 lleva dos cámaras con las que se podrán realizar observaciones de radioastronomía de baja frecuencia.

Asimismo, transporta un contenedor de 3 kg con semillas de papa y plantas arabidopsis, así como huevos de gusano de seda para realizar estudios biológicos.

El rover también cuenta con una cámara panorámica, un radar para sondear debajo de la superficie lunar, un espectrómetro de imágenes para identificar minerales y un experimento para examinar la interacción del viento solar con la superficie lunar.

El corresponsal de la BBC en China, John Sudworth, considera que con esta misión había más en juego que solo un logro científico.

El periodista destaca el valor propagandístico de un paso adelante en su carrera espacial se vio impulsado por la cuidadosa gestión de los medios de comunicación estatales, que publicaron muy pocas noticias del alunizaje antes de que se anunciara oficialmente que había sido un éxito.

China comenzó relativamente tarde en lo que respecta a la exploración espacial. No fue hasta 2003 que envió a su primer astronauta a la órbita, convirtiéndose en el tercer país en hacerlo después de la Unión Soviética y Estados Unidos.

El programa Chang'e (nombrado así en honor a una diosa que, según leyendas chinas, vive en la Luna) comenzó con el lanzamiento de una primera sonda orbital en 2007, y desde entonces se han lanzado al satélite de la Tierra cuatro aparatos más.

El objetivo a largo plazo del programa es una misión tripulada a la Luna, aunque no se ha fijado fecha para ello y algunos expertos no consideran que sea posible antes del año 2036.

Nuevas imágenes satelitales del Anak Krakatoa en Indonesia muestran la extensión del colapso de este volcán cuya erupción desencadenó un tsunami que dejó más de 400 muertos el pasado 22 de diciembre.

Las malas condiciones climáticas del estrecho de la Sonda en Indonesia habían frustrado el trabajo de aeronaves que miran hacia la Tierra con el mismo tipo de luz que nuestros ojos.

Pero el equipo de Planet Labs, una compañía estadounidense dedicada a captar imágenes del planeta desde satélites en miniatura, consiguió encontrar algunas ventanas entre las nubes.

Las imágenes de sus plataformas Dove y SkySat muestran el alcance de la falla del cono volcánico, lo que permite apreciar cómo ha cambiado la forma de la isla.

Lo que una vez fue un cráter en la cima de una estructura de 340 metros de altura, se ha abierto completamente para formar una pequeña bahía.

La agencia de desastres de Indonesia dice que han desaparecido más de dos tercios del volumen del Anak Krakatoa: entre 150 y 170 millones de metros cúbicos.

Se cree que gran parte de él se deslizó hacia el mar durante el colosal desprendimiento de tierra que produjo el tsunami.

La compañía de observación de la Tierra Planet Labs opera una de las constelaciones de satélites más grandes del mundo.

Su gran red aumenta las posibilidades de ver la superficie cuando las nubes sobre un objetivo se despejan.

La pequeña nave Dove de Planet Labs captura en la superficie detalles de más de 3 metros, lo que se denomina resolución media. Por su parte, sus plataformas SkySat tienen una capacidad de alta resolución, capturando detalles de más de 72 cm.

SkySat fue el responsable de la fotografía que aparece al inicio de este artículo, tomada el día de Año Nuevo.

Las imágenes satelitales tomadas inmediatamente después del desastre fueron obra de una aeronave con radar y dieron los primeros indicios de que el volcánAnak Krakatoa había colapsado.

Los radares pueden "atravesar" las nubes, pero ofrecen un tipo de visión muy diferente al de los satélites ópticos que necesita conocimientos específicos para ser interpretado.

Se calcula que unas 430 personas murieron a lo largo de las costas de Java y Sumatra cuando llegó el tsunami. Otras miles de personas fueron desplazadas.

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Los servicios de emergencia de los hospitales estadounidenses pueden salvar vidas...y arruinar cuentas bancarias.

Y es que en el país norteamericano acudir a urgencias puede resultar tan costoso como para acabar convirtiéndose en un punto de inflexión en la vida de pacientes que son dados de alta con inmensas deudas de miles de dólares.

De hecho, el 57% de los estadounidenses asegura haberse llevado una sorpresa con una factura médica que pensaban que iba a ser cubierta por su compañía de seguros, según una encuesta del grupo de investigación NORC, de la Universidad de Chicago.

Y las autoridades ahora buscan combatir esto con una nueva ley que obligará a los hospitales a publicar en internet los precios de sus tratamientos a partir del 1 de enero de 2019.

Así, los ciudadanos podrán comparar precios y detectar cuál es el centro de salud más económico según sus necesidades.

En casos de emergencia, sin embargo, por lo general no se sabe qué pruebas o tratamiento se necesitarán, lo que complica hacerse una idea de a cuánto ascenderá la factura del hospital.

Y según expertos como Bill Kampine, del comparador de precios de servicios médicos Healthcare Bluebook, la información que se publique con la nueva ley solo será útil para quienes no estén asegurados.

Las compañías de seguros negocian sus propias tarifas con médicos y hospitales, a veces incluso caso por caso, y la mayoría paga una parte y remite al paciente una factura para que asuma el resto.

Y Kampine le dijo a la Radio Pública de Nashville que lo mejor sería difundir los precios promedios que los hospitales reciben por cada servicio.

A lo que sí ayudará esta ley, en cualquier caso, es a comprobar lo dispares que pueden llegar a ser los precios de los servicios médicos en Estados Unidos.

En 2018, al menos dos publicaciones investigaron esto, pidiéndole al público que les enviara sus facturas.

Una de ellas fue Kaiser Health News, en colaboración con la Radio Pública Nacional (NPR por sus siglas en inglés), y la otra fue el portal Vox, que se centró en los costos de los servicios de emergencia.

Aquí te presentamos tres casos significativos de cobros sorpresa que reflejan cómo funciona el sistema de salud en ese país.

Elizabeth, una niña de cuatro años, acabó con un corte en la frente después de correr y chocarse con una mesa de centro.

Su madre, Carolyn Wallace, la llevó a un hospital de Texas, donde le tomaron la temperatura y las pusieron a esperar. Una hora después, la mujer decidió acudir a otro centro donde su hija fue atendida con rapidez.

El primer hospital no llegó a darle ningún tratamiento, pero sí una factura: US$669 por los servicios del médico que le tomó la temperatura a Elizabeth y US$300 por haber usado las instalaciones del centro, es decir, por haber entrado y haberse sentado.

Carolyn, que le contó su caso a Vox, aseguró a esta publicación que la tarifa le parecía "exorbitante", "fuera de lugar" e incoherente para el servicio recibido. "Ni siquiera me dieron una gasa nueva o una venda ni reemplazaron el papel toalla que habíamos traído de casa", dijo.

La madre protestó y consiguió que el hospital no le cobrara los US$300. Pero el médico trabajaba para una empresa subcontratada que, hasta el momento de la publicación, continuaba exigiendo el pago.

Este no es un incidente aislado. Las tarifas por el uso de instalaciones se han extendido en los hospitales de Estados Unidos, que les asignan valores muy dispares. Según un análisis de Vox, su valor aumentó en un 89% entre 2009 y 2015.

En otro caso reportado por Vox en 2016, Malcolm Bird contaba que un hospital en Connecticut le reclamaba US$629 por haberle puesto una curita a su hija de un año, que había sufrido un corte en el dedo cuando le cortaban las uñas.

Como no dejaba de sangrar, Bird la llevó al médico, que le lavó la herida y le puso la curita. Luego, recibió una factura de US$7 por la curita (más que lo que costaría comprar una caja de 60 en el supermercado) y US$622 por los servicios del médico y el uso de las instalaciones.

Un representante del centro médico defendió entonces que la tarifa les permite tener los servicios de emergencia operativos a todas horas: "Tenemos personal en el departamento de emergencia 24 horas al día, todos los días del año y estamos preparados para recibir a quien sea que cruce nuestra puerta, ya sea una víctima de balacera o un paciente con un infarto", alegó entonces .

Renee Hsia, una profesora de la Universidad de California en San Francisco, declaró al portal que estas tarifas "son muy arbitrarias" y que su valor "parece no tener ni ton ni son".

Drew Calver empezó a sentirse mal en abril de 2017 y un vecino lo llevó al hospital más cercano en Texas. "Pensé que me estaba muriendo", le dijo a Kaiser Health News.

El hombre de 44 años estaba teniendo un infarto, así que le dieron una cama en la unidad de cuidados intensivos cardíacos y al día siguiente fue operado para instalarle estents, una especie de malla extensible que se pone en vías obstruidas.

Pese a su estado, Calver se aseguró de preguntar si su seguro cubriría los gastos, ya que ese hospital no estaba dentro de su red. La institución le dijo que aceptaría su seguro y que no se preocupara.​

Pero la realidad fue otra: el hospital le pasó al seguro una factura de US$164.941 por la cirugía y cuatro días de hospitalización. Este aceptó pagar US$55.840, así que el centro de salud le reclamó a Calver que desembolsara US$108.951.

El hombre empezó a recibir cartas que le presionaban para que saldara la deuda. "Van a hacer que me dé otro infarto por preocuparme con esta factura", dijo Calver, quien es profesor de escuela y asegura que su salario no le permitía pagar la deuda.

Los expertos consultados por Kaiser Health News estimaron que el precio del tratamiento recibido por Calver debería estar entre los US$26.985 y los US$36.800, cifras muy por debajo de los casi US$165.000 que exigía el hospital.

Van a hacer que me dé otro infarto por preocuparme con esta factura".

Drew Calver

En Estados Unidos, cada seguro trabaja con una red de centros de salud autorizados. Los clientes deben intentar acudir a ellos, ya que si van a un hospital o médico que esté fuera de ese circuito, deberán asumir ellos mismos el costo completo.

En casos de vida o muerte, como el de Calver, algunos seguros y hospitales aceptan negociar el pago incluso si no están en la misma red. Pero si no llegan a un acuerdo respecto al precio, los hospitales acaban exigiéndole la diferencia al paciente, como le pasó a este profesor.

Finalmente, después de que su caso saliera en la prensa, su factura fue reducida a US$332.

Ahora, incluso si el paciente se asegura de ir a un centro de su red, siempre existe el riesgo de que sea atendido por un médico que no forme parte de ella, como le pasó a Scott Kohan, de 34 años, cuyo caso fue publicado en Vox.

Kohan fue víctima de un ataque en el que acabó inconsciente y con la mandíbula rota. Se despertó en un hospital y, cuando la enfermera le dijo que esa misma noche lo iban a operar, verificó en su celular que el centro perteneciera a la redde su compañía de seguros.

Sin embargo, el cirujano que lo atendió no solo no formaba parte de esta red sino que no admitía ningún tipo de seguro.

Así que la factura de US$7.924 que exigía por sus servicios recayó en Kohan.

Cuando los hospitales y los médicos se integran en la red de un seguro, negocian las tarifas. Pero si no llegan a un acuerdo, se puede dar la situación de que un hospital esté dentro de una red pero algunos de los facultativos que trabajan en él, no.

Y como le dijo a Vox el hospital que atendió a Kohan, esto es una práctica extendida: "Como muchos otros hospitales en todo el país, también tenemos contratos con doctores independientes que proveen cuidados especiales en áreas críticas dentro de nuestras instalaciones y gestionan sus propios acuerdos con seguros".

Pacientes como Kohanno tienen forma de saber si la atención que les dan cada uno de los profesionales dentro de un hospital está cubierta por su seguro o no.

A Kylan, un niño de 7 años, le salía sangre de las orejas debido a una infección de oído grave. Jessica Smart, su madre, lo llevó a emergencias en Maryland.

Un médico lo examinó, le dio unantibiótico oral y le echó unas gotas en los oídos. Cuando los Smart recibieron la factura, esta era de US$1.375.

De estos, US$1.075 correspondían a esos dos medicamentos genéricos que se le había administrado al pequeño, según le dijo un representante del hospital a Jessica, que tiene otros tres hijos.

"Básicamente, ganamos lo justo para vivir, no tenemos grandes ahorros a los cuales recurrir", le dijo Jessica a Vox.

Y como su seguro solo cubre los gastos a partir de cierta cantidad que está por encima de esos US$1.375, su familia tendrá que asumir la deuda completa.

"Es frustrante que ellos puedan cobrarme lo que les dé la gana", lamentó la mujer.

Entre las facturas recibidas por el portal también hay casos como el de una novia a la que unas pestañas postizas que se puso la noche anterior le dejaron los ojos irritados el día de la boda.

Un hospital le cobró US$238 por unas gotas para los ojos que normalmente se pueden comprar en paquetes por no más de US$50 en la farmacia.

El precio de las pruebas de embarazo en las salas de emergencia también es otro ejemplo de lo arbitrarias que pueden llegar a ser las tarifas hospitalarias: variaron entre los US$111 que cobraba un hospital de California y los US$465 que pedía otro de Georgia.

Nos gusta pensar que haríamos lo correcto en una situación difícil. Que nos enfrentaríamos a nuestro jefe cuando fuese necesario, intervendríamos si estuviesen acosando a alguien y diríamos que no si nos piden hacer algo que sentimos que es incorrecto. Es tentador pensar que tenemos una brújula moral innata que guía nuestras acciones, incluso bajo la presión de los demás.

En realidad, la mayoría de nosotros somos notablemente malos al enfrentarnos a la autoridad.

Investigaciones recientes explican por qué somos así, al darnos una idea de cómo el cerebro trata, o no, estas situaciones difíciles.

En experimentos llevados a cabo por la neurocientífica social Emilie Caspar en el Instituto Holandés de Neurociencia, un grupo de voluntarios se dieron choques eléctricos entre ellos.

En primer lugar, se les pidió a los participantes aplicar choques por una pequeña suma de dinero (unos US$6,5 cada vez). Cuando les dieron a los voluntarios 60 oportunidades para infligir choques eléctricos a sus compañeros, alrededor de la mitad de las veces decidieron no hacerlo.

Entre el 5-10% de los participantes prefirieron no administrar los choques a sus compañeros en el total de las 60 ocasiones.

Luego, Caspar ordenó a la persona encargada de aplicar los choques que lo hiciera. Ahora, incluso los participantes que no habían dado ningún choque previamente empezaron a presionar el botón.

Tan pronto como Caspar dio órdenes, la actividad cerebral de los participantes también cambió, según mostraron escaneos a partir de electroencefalogramas.

El estudio de los escaneos mostró que el cerebro se volvió menos capaz de procesar las consecuencias de las acciones de los participantes. Para la amplia mayoría de ellos, su sentido de responsabilidad empezó a esfumarse.

"He hecho la prueba con más de 450 personas y hasta ahora solo tres se han negado a seguir las órdenes", dice Caspar. "¿Por qué estas personas son diferentes de las demás?"

Estudios en pacientes con daño cerebral localizado están ayudando a responder parcialmente esa pregunta. Cuando las personas sufren lesiones en la corteza prefrontal, la capa más externa de la parte frontal del cerebro, parecen ser mucho más propensas a seguir órdenes que la población general.

"Escuchan a las autoridades muy fácilmente y son menos capaces de dudar de ellas", dice Erik Asp, profesor asistente de psicología en el Colegio de Artes Liberales de la Universidad de Hamline, en EE.UU. "Eso significa que si una figura de autoridad te dice que lastimes a otra persona, es más probable que lo hagas".

La pregunta ahonda en asuntos filosóficos, como la naturaleza y las bases neurológicas de creer en algo.

Aunque no hay un consenso científico claro, el modelo Spinoza sugiere que, para entender una nueva idea o un hecho, nuestro cerebro debe, por una fracción de segundo, creerla por completo.

"El acto de entender es el acto de creer. Lo que sea que son esos procesos, son lo mismo", dice Asp.

Tras una fracción de segundo, la persona puede entonces dudar o rechazar esa nueva información. "Puedes usar un proceso separado neuropsicológico para dejar de creer en esa representación mental" señala Asp.

Para los pacientes con lesiones en la corteza prefrontal del cerebro, esa segunda parte del proceso se ve afectada, argumenta Asp. Así que, en lugar de pensar dos veces sobre lo que dice una figura de autoridad, estas personas tienen más probabilidades de asumir la orden.

La educación es una de las mejores maneras de mejorar la capacidad para dudar, señala Asp, y por lo tanto la capacidad para pensar críticamente sobre las cosas que nos ordenan hacer.

Hay otro factor determinante que influye en la manera en que se comportan las personas.

Cuando una figura autoritaria nos pide hacer algo, por lo general lo hacemos porque nos hacen creer en la causa detrás de la orden, señala Megan Birney, psicóloga de la británica Universidad de Chester.

En un experimento, Birney y sus colegas midieron cuántas personas abandonaban un ejercicio en el que les ordenaban hacer algo moralmente objetable.

Los participantes tenían que adherir términos negativos a grupos de personas en fotos. Las imágenes al principio mostraron grupos fáciles de rechazar, como nazis o el Ku Klux Klan. Pero poco a poco, mostraron grupos más neutrales y acabaron exhibiendo fotos de familias o de niños.

Asignar términos negativos a grupos indefensos de personas tuvo la intención de hacer que la mayoría de los participantes se sintiese incómodos.

Los que siguieron adelante con el ejercicio creyeron que contribuían con algo importante, un riguroso estudio científico, y eso los impulsó a continuar.

"Cuando estás en una situación conflictiva, tienes voces compitiendo entre sí. Una te dice sí y otra no. Es con la que sea que más te identifiques lo que te llevará a pensar qué es correcto y tomar una decisión", apunta Birney.

Ser capaz de enfrentarse a la autoridad no depende de la valentía o el valor, la confianza o la terquedad. Los procesos cerebrales para rechazar ideas de figuras de autoridad están comenzando a revelarse.

Dada esta complejidad, encontrar formas de entrenarse para superar la resistencia a la autoridad puede parecer increíblemente desafiante.

"Mi objetivo es hacer que las personas puedan resistir", dice Caspar. "Incluso en el ejército, los soldados tienen el deber legal de cumplir órdenes, pero también de negarse a seguir órdenes ilegales o inmorales".

"Se trata de hacer que las personas piensen más sobre su propia responsabilidad, incluso si no se sienten responsables porque están siguiendo órdenes", señala la investigadora.

Los destituyó, hubo protestas y los restituyó en sus funciones en menos de 48 horas.

Este miércoles, el Fiscal de la Nación de Perú, Pedro Chávarry, volvió a incluir a los fiscales Domingo Pérez y Rafael Vela en el equipo especial Lava Jato, que investiga los presuntos sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a funcionarios, políticos e incluso expresidentes del país.

Chávarry resolvió el miércoles "dejar sin efecto la resolución (de destitución) del 31 de diciembre de 2018 en todos sus extremos", según una disposición de la Fiscalía difundida por medios peruanos.

Horas antes de Año Nuevo, Chávarry los había sacado del grupo Lava Jato debido a que, según dijo, Pérez había cuestionado su permanencia en su cargo y Vela no le había entregado información completa sobre el caso Odebrecht.

Pérez y Vela cuentan con un alto respaldo popular, por lo que su destitución desató manifestaciones de desaprobación en Lima y el pedido de que Chávarry abandonara la Fiscalía.

Chávarry es uno de los funcionarios implicados en el caso conocido como "LavaJuez" o "CNM Audios", que salió a la luz en julio de 2018, cuando IDL-Reporteros y otros medios peruanos difundieron una serie de audios que descubrieron toda una telaraña de intercambio de favores en la justicia de la nación sudamericana.

El Fiscal de la Nación niega estar implicado y se niega a abandonar su cargo.

El presidente de Perú, Martín Vizcarra, también cuestionó la decisión y el miércoles presentó un proyecto en el Congreso para declarar en emergencia el Ministerio Público (Fiscalía de la Nación).

De aprobarse, esta medida implicaría que se suspendan las funciones del Fiscal de la Nación y de los Fiscales Supremos actuales, y que se forme una Junta Transitoria de Fiscales Supremos para reestructurar el Ministerio Público.

Domingo Pérez es el fiscal que pidió y consiguió los 36 meses de prisión preventiva contra la excandidata presidencial Keiko Fujimori, mientras se la investiga por supuestamente lavar activos procedentes de presuntos sobornos de Odebrecht.

La líder política ha apelado esta medida en su contra.

Pérez dijo que su destitución y la de Vela ponía en peligro el acuerdo de colaboración entre las autoridades peruanas y Odebrecht, que contempla el pago de una millonaria multa de reparación civil por parte de la firma y su cooperación en las investigaciones contra los políticos y funcionarios que habrían recibidos sobornos.

"Continuaremos priorizando las tareas de preparación de la defensa" para "preservar la soberanía y la paz".

De ese modo, el expresidente de Cuba Raúl Castro instó a los cubanos a prepararse "meticulosamente para todos los escenarios, incluyendo los peores", en un momento en el que, dijo, Estados Unidos retomó su política de "confrontación".

Castro, que sigue al frente del Partido Comunista, dio un discurso en Santiago de Cuba este martes, con motivo del 60 aniversario de la revolución liderada por su hermano Fidel.

Los hermanos Castro, primero Fidel y después Raúl, dirigieron la isla entre 1959 y 2018. Raúl Castro cedió el poder a su sucesor, Miguel Díaz-Canel, el año pasado.

Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, se descongelaron durante el gobierno de Barack Obama, pero el presidente Donald Trump adoptó una línea más dura.

En 2017, Trump volvió a imponer algunas restricciones a viajes y comercio que habían sido eliminadas por el gobierno anterior.

El discurso de Castro fue relativamente inusual por las citadas referencias a Estados Unidos, y por dejar a un lado los mensajes conciliadores durante cuatro años de deshielo.

En su lugar, acusó al gobierno de Trump de haber aumentado las presiones políticas y económicas para forzar "un cambio de régimen"en la isla caribeña.

"Ahora, nuevamente el gobierno norteamericano parece tomar el rumbo de la confrontación con Cuba y presentar a nuestro país pacífico y solidario, como una amenaza para la región", dijo Castro, de 87 años y vestido con uniforme militar, en una ceremonia junto a la tumba de Fidel.

Castro acusó a la "extrema derecha" en Florida -donde viven muchos cubanos exiliados- de haber "confiscado la política de Estados Unidos hacia Cuba".

Pidió a "las mentes más equilibradas" del Gobierno estadounidense evitar "un escenario de confrontación que no deseamos" y expresó la disposición de Cuba a "convivir civilizadamente pese a las diferencias", así como a buscar la "paz y el beneficio mutuo" en las relaciones bilaterales.

Castro dijo que las nuevas generaciones de cubanos habían "asumido la misión de construir el socialismo", y agregó que "la revolución no ha envejecido".

Pero el corresponsal de la BBC en Cuba, Will Grant, dijo que Díaz-Canel enfrenta una gran batalla para satisfacer las demandas de los jóvenes cubanos de hoy.

En febrero se llevará a cabo un referéndum sobre el borrador de la nueva Constitución, pero muchos están cada vez más impacientes por mayores libertades sociales y oportunidades laborales, indicó Grant.

Los simpatizantes del gobierno insisten en que la nueva Constitución reflejará una Cuba cambiante, pero los críticos dicen que simplemente concentrará el poder en las manos del Partido Comunista.

Su familia sabía que había viajado a Rusia, pero les parecía demasiado raro que no hubiera regresado.

Este lunes supieron que Paul Whelan llevaba días sin comunicarse con ellos porque había sido detenido en la capital del país europeo, donde ahora es acusado de actividades de espionaje.

El estadounidense, un exmarine de 48 años, fue arrestado el viernes por el Servicio de Seguridad Ruso (FSB). La agencia asegura que fue "sorprendido" espiando para Estados Unidos.

Pero la familia de Whelan le dijo a la BBC que el hombre es inocente y que había viajado a Moscú para asistir a la boda de un amigo.

David Whelan, el hermano gemelo del estadounidense arrestado, dijo que Paul conocía bien las leyes de Rusia y no cree que haya sido "capaz de violar ninguna".

Lo cierto es que, de ser condenado, podría pasar al menos 10 años en prisión.

¿Qué se sabe de Paul Whelan?

Según su hermano, Paul Whelan realizó múltiples misiones en Irak como infante de marina, entre 1990 y 2008.

La revista Time recoge que el hombre ha trabajado como experto en seguridad corporativa durante más de una década.

En 2013 estaba empleado como director de seguridad global e investigaciones en una compañía estadounidense, donde era responsable de investigar las acusaciones de robo, fraude, acoso sexual y violencia entre los empleados.

En el momento de su detención trabajaba como director de seguridad global en una empresa de tecnología automotriz, también con base en Estados Unidos.

David Whelan dijo a la BBC que su hermano había llegado a Rusia el 22 de diciembre y que debía regresar el 6 de enero.

Según relató, había estado asistiendo a la boda de un excompañero del ejército con una ciudadana rusa.

Además de Moscú, Whelan también tenía planeado un viaje a San Petersburgo, dijo.

Desde 2007 el estadounidense ha estado visitando Rusia con regularidad, tanto por trabajo como por motivos personales.

Hasta ahora el futuro del estadounidense es incierto.

La familia está apelando a funcionarios de Estados Unidos para que hagan presión por que Whelam sea liberado.

"Las obligaciones de Rusia en virtud de la Convención de Viena requieren que nos proporcionen acceso consular", dijo a la BBC un representante del departamento de estado de EE.UU..

"Hemos solicitado este acceso y esperamos que las autoridades rusas lo proporcionen".

La familia de Whelan emitió una declaración en la que dijeron que esperan que los derechos del detenido "sean respetados".

Su hermano dijo a la BBC que no tenía idea de por qué Paul había llamado la atención de los servicios de seguridad rusos.

Los escándalos de espías rusos y estadounidenses vigilándose mutuamente no son nuevos. Por el contrario, han sido una constante desde la Guerra Fría.

Las acciones de Rusia en Ucrania desde 2014, y las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, también han contribuido al deterioro de las relaciones bilaterales.

A pesar de este escenario, muy pocos ciudadanos estadounidenses han sido arrestados por espionaje en territorio ruso. De cualquier manera, hay algunos antecedentes destacables.

En 2013, el diplomático estadounidense Ryan Fogle fue arrestado y expulsado del país tras ser acusado de intentar reclutar a un oficial de inteligencia ruso como espía.

En el 2000, el exoficial de inteligencia naval Edmond Pope fue juzgado y condenado por espionaje, pero fue indultado por el presidente ruso Vladimir Putin

El mes pasado, Maria Butina, una activista rusa que defiende el derecho a portar armas de fuego en Estados Unidos, se declaró culpable de conspiración.

Los fiscales de Estados Unidos dijeron que actuó como un agente estatal ruso, infiltrándose en grupos políticos conservadores.

En 2010, 10 agentes rusos también fueron arrestados en Estados Unidos por espionaje de cobertura profunda. Luego fueron canjeados por cuatro rusos condenados por espiar para Occidente.

El 31 de diciembre de 1983 el científico y escritor de ciencia ficción Isaac Asimov hizo algo más que propósitos de Año Nuevo.

Ese día publicó un texto en el diario The Star de Canadá, en el que hacía predicciones sobre cómo sería el mundo en 35 años, es decir, en 2019.

Asimov (1920-1992) eligió ese periodo de tiempo como un guiño al escritor George Orwell, pues en 1949 se publicó su famosa novela 1984. Es decir, en su libro Orwell imaginaba cómo sería el mundo 35 años después.

En su texto, Asimov enfocó sus predicciones en tres áreas: la guerra nuclear, la computarización y el uso del espacio.

¿Qué se imaginó y qué tan acertado estuvo? Veamos.

Asimov comienza dejando ver su temor por un posible enfrentamiento entre la entonces Unión Soviética y Estados Unidos. En todo caso, para poder seguir adelante con su escrito, decide asumir que no habrá ninguna guerra nuclear entre ambas potencias.

"Muy pocos de nosotros, o de nuestros hijos o nietos estarán vivos (en caso de que haya una guerra nuclear) como para que tenga algún sentido describir la condición precisa de miseria global que habría en ese momento".

Aunque no ha ocurrido una guerra nuclear, la posibilidad sigue latente, no solo por parte de Rusia y EE.UU., sino de otros países que han desarrollado poderío nuclear, como Reino Unido, Francia, China, India, Paquistán, Israel y Corea del Norte.

"Un producto secundario esencial, el objeto computarizado móvil, o robot, ya está entrando en la industria y, en el transcurso de la próxima generación, penetrará en el hogar".

Aunque menciona la palabra móvil, Asimov no se refería a los teléfonos inteligentes que hoy son parte de nuestra vida diaria, sino a las computadoras.

Aunque ya hace varios años que las computadoras revolucionaron el mundo, el panorama que divisaba era bastante acertado.

"La creciente complejidad de la sociedad hará que sea imposible prescindir de ellas… las partes del mundo que se atrasan en este sentido sufrirán como resultado de que sus cuerpos gobernantes clamarán por la informatización como ahora claman por las armas".

En este punto Asimov también se adelantaba a uno de los temores del mundo laboral: los robots que van tomando los trabajos que antes hacían seres humanos.

"No es que la informatización vaya a significar menos empleos en su conjunto, ya que el avance tecnológico siempre ha creado, en el pasado, más empleos de los que ha destruido, y no hay razón para pensar que eso tampoco será cierto ahora".

Por eso, Asimov divisa un sistema educativo que se enfoque en la "alfabetización informática" y que enseñe a lidiar con un mundo de "alta tecnología".

"Las escuelas seguirán existiendo, pero un buen maestro de escuela no podrá hacer nada mejor que inspirar la curiosidad que un estudiante interesado puede satisfacer en casa en la consola de su computadora".

Esa visión se parece mucho a los cursos en línea o a los tutoriales que se encuentran en YouTube.

"Finalmente habrá una oportunidad para que cada joven, y de hecho, cada persona, aprenda lo que él o ella quiere aprender, en su propio tiempo, a su propia velocidad, a su manera".

El escritor afirmó que para 2019 ya habríamos terminado una etapa de transición hacia un mundo informático y que entraremos en una fase con "mejoras permanentes" en varios aspectos.

"Las consecuencias de la irresponsabilidad humana en términos de desperdicio y contaminación serán cada vez más evidentes e insoportables", escribió Asimov, pero al mismo tiempo afirmaba que "los avances tecnológicos pondrán en nuestras manos herramientas que ayudarán a acelerar el proceso por el cual se revierte el deterioro del medio ambiente".

"Para 2019 habremos vuelto a la luna vigorosamente".

En este punto Asimov se equivocó, pues desde la última misión Apolo en 1972, el ser humano no ha vuelto a pisar la luna.

En general, sus predicciones espaciales estaban bien enfocadas, pero quizás demasiado optimistas.

Asimov menciona que hoy ya deberíamos estar construyendo hogares en el espacio, desarrollando estaciones mineras en la luna y utilizando esos materiales extraídos para construir artefactos que giren alrededor de la Tierra.

"Una de esas estructuras que, muy posiblemente, podría completarse para 2019 sería el prototipo de una estación de energía solar, equipada para recolectar energía solar, convertirla en microondas y transmitirla a la Tierra", imaginaba Asimov.

Todos esos proyectos aunque teórica y conceptualmente se han estudiado, aún están lejos de lograrse.

Su desfase, sin embargo, viene acompañado de un mensaje que parece un llamado premonitorio que podría ayudar a lograr la armonía en la Tierra.

"Sería el comienzo de una era en que una parte importante de la energía de la Tierra provendrá del sol, en condiciones que no la harán propiedad de ninguna nación, sino del mundo en general".

"Tales estructuras serán, en sí mismas, garantías de paz mundial y de cooperación continua entre las naciones", escribe Asimov. La energía será tan necesaria para todos, y se podrá entregar fácilmente solo si las naciones se mantienen en paz y trabajan juntas, con lo cual la guerra se volverá simplemente impensable".

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El presidente de China, Xi Jinping, instó al pueblo de Taiwán a aceptar que "deben ser y serán" reunificados con China.

En un discurso que conmemoraba 40 años desde el inicio de mayor acercamiento, reiteró el llamado de Pekín hacia una reunificación pacífica basada en la fórmula de un país y dos sistemas.

Advirtió, sin embargo, que China se reserva el derecho a usar la fuerza.

Mientras que Taiwán tiene su propio gobierno y es de hecho independiente, nunca ha declarado formalmente su independencia de China continental.

Pekín considera a la isla una provincia separatista y los comentarios de Xi siguen la ya establecida política de reunificación de China.

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, declaró sin embargo que su país nunca aceptaría la reunificación con bajo los términos ofrecidos por Pekín.

"Quiero reiterar que Taiwán nunca aceptará 'un país, dos sistemas'. La gran mayoría de la opinión pública taiwanesa también se opone resolutamente a 'un país, dos sistemas', y esto también es el 'consenso de Taiwán'", aseguró.

Bajo la fórmula de "un país, dos sistemas", Taiwán tendría el derecho a administrar sus propios asuntos; similar al acuerdo que existe con Hong Kong.

En su discurso, Xi Jinping dijo que ambos lados pertenecían a la misma familia china y que la independencia taiwanesa era "una corriente contraria a la historia y un callejón sin salida".

El pueblo taiwanés "debe entender que la independencia sólo traerá dificultades", declaró Xi, añadiendo que Pekín nunca toleraría ninguna actividad que promueva la independencia de Taiwán.

Argumentó en cambio que la reunificación era "un requisito inevitable para el gran rejuvenecimiento del pueblo chino".

Xi también enfatizó que las relación con Taiwán eran "parte de la política interna de China" y que la "interferencia extranjera es intolerable".

Pekín "se reserva la opción de tomar todas las medidas necesarias" contra la fuerzas externas que interfieran en la reunificación pacífica y en las actividades separatistas de Taiwán, advirtió.

En un discurso de año nuevo, el martes, la presidenta taiwanesa insistió por su parte en qu China debe usar medios pacíficos para resolver sus diferencias con Taiwán y respetar sus valores democráticos.

"Quiero exhortar a China a que enfrente la realidad de la existencia de una República de China en Taiwán", dijo Tsai en referencia al nombre oficial de la isla.

China debería "respetar la insistencia de 23 millones de personas de (vivir en) libertad y democracia, y debe usar medidas pacíficas y a la par para manejar nuestras diferencias", afirmó.

En noviembre, el partido político de Tsai sostuvo fuertes reveses en las elecciones regionales, lo que ha sido interpretado por Pekín como un golpe a su postura separatista.

Taiwán también ha visto como varios de sus viejos aliados internacionales han roto relaciones con Taipéi para acercarse a Pekín, lo que también los debilita.

¿Qué tan seria es la amenaza de China?

Según el analista de la BBC en Pekín, John Sudworth, el Partido Comunista de China se ha referido durante mucho tiempo a la reunificación como un asunto de su destino.

Pero el presidente Xi es sin duda el más poderos líder desde Mao -que ahora goza de no tener límites a su permanencia en el cargo- y alguien que ha tomado de manera personal el proyecto de "rejuvenecimiento nacional", como ningún otro.

¿Qué tan serio, entonces, deberíamos tomar las amenazas de tomarse a Taiwán por la fuerza si es necesario?

Sudworth señala que aunque China es una emergente superpotencia militar, el envío de un ejército invasor a través de las bien defendidas y picadas aguas del estrecho de Taiwán sería una jugada riesgosa sin garantía de éxito.

Y, más allá de su tono un poco más estridente, el discurso de Xi no parece indicar ningún cambio dramático en esos cálculos, especialmente cuando se toma en cuenta los apartes más conciliatorios del discurso ofreciendo estrechar aún más los lazos comerciales.

El analista de la BBC considera que si va ha haber algún tipo de enfrentamiento, sucederá en el campo de la cibernética: se informa que China está aumentando sus esfuerzos para influir en las elecciones para afectar las posibilidades de partidos y políticos con tendencias independentistas.

La esperanza es que sea el creciente poder económico de China y no su fuerza militar la que finalmente acerque a Taiwán a su círculo, concluye Sudworth.

Taiwán es una democracia con gobierno propio que en la práctica se ha comportado como una nación independiente desde 1949, cuando el gobierno nacionalista chino fue derrotado por las fuerzas comunistas y tuvo que huir de China continental y refugiarse en la isla.

No obstante, Pekín considera a la isla de Taiwán como una provincia separatista, no un país en su derecho, que algún día estará completamente integrada a China continental.

En años recientes, Pekín se ha vuelto cada ves más resoluto respecto a sus reclamos y a lo que denomina un asunto clave de soberanía nacional.

Por ejemplo, China insiste en que países extranjeros sólo pueden tener vínculos diplomáticos con ellos o con Taiwán, pero no con ambos países.

Pekín ha convencido a más y más de los pocos aliados internacionales de Taiwán a que rompan lazos diplomáticos con la isla y que establezcan relaciones con China a cambio.

El año pasado, también forzó a las aerolíneas extranjeras y hoteles a listar a Taiwán como parte de China en sus sitios web.

El año pasado registró un fuerte aumento en las muertes por accidentes aéreos en comparación con 2017.

Un informe de la Red de Seguridad de Aviación (ASN, por sus siglas en inglés) indica que durante 2018 murieron 556 personas en accidentes aéreos, comparados con solo 44 que murieron en 2017.

El año 2017 fue el más seguro de la historia para las aerolíneas comerciales, que no registraron accidentes con aviones de pasajeros.

La ASN, con sede en los Países Bajos, informó que en 2018 hubo un total de 15 accidentes fatales con aviones de pasajeros. Entre los más mortales estuvieron:

A pesar de las cifras, 2018 se ubica en el tercer lugar de los años más seguros con base en el número de accidentes fatales, y el noveno más seguro en términos de número de muertes.

Según la ASN, el panorama ha mejorado de manera general en los últimos 20 años.

La firma consultora de aviación To70, estima que la tasa de accidentes fatales para grandes vuelos comerciales de pasajeros es de 0.36 por cada un millón de vuelos, lo que equivale a un accidente fatal por cada 3 millones.

"Si la tasa de accidentes hubiera permanecido igual que hace 10 años, habría habido 39 accidentes fatales el año pasado", dijo el director ejecutivo de ASN, Harro Ranter.

"Al ritmo que iba la tasa de accidentes en 2000, habría habido 64 accidentes fatales. Esto muestra el enorme progreso en términos de seguridad en las últimas dos décadas".

Para la ASN, una de las mayores preocupaciones en temas de seguridad para la industria de la aviación son los llamados "Accidentes de pérdida de control" (LOC, por sus siglas en inglés).

Este tipo de accidentes se refieren a una desviación irrecuperable de la trayectoria de vuelo prevista, causada ya sea por fallas mecánicas, acciones humanas o perturbaciones ambientales.

La mayoría de estos accidentes son fatales, indica la ASN.

Los LOC representaron al menos 10 de los 25 accidentes más graves de los últimos cinco años.

China ve a Taiwán como una provincia separatista que, tarde o temprano, se reunificará al país continental.

Aunque muchos taiwaneses insisten en que quieren mantenerse independientes, Pekín insiste en que ambos pueblos pertenecen a la misma familia china y que la independencia de Taiwán es un "callejón sin salida".

La disputa entre China y la que considera como "isla rebelde" amenaza con convertirse en un enfrentamiento violento con profundas implicaciones internacionales.

Los primeros que se asentaron en Taiwán fueron pueblos de las tribus austronesias, procedentes de Oceanía, el sureste asiático y partes de lo que es hoy el sur de China.

La isla quedó registrada por primera vez en los archivos chinos en 232 A.D., cuando China envió una fuerza expedicionaria a explorar el lugar. Este es un hecho que Pekín cita para respaldar sus reclamos territoriales.

Después de ser colonia holandesa por un tiempo breve (1624-1661), Taiwán fue indiscutidamente administrada por la dinastía Qing de1883 a 1895.

Desde principios del siglo XVII, un importante número de migrantes empezaron a llegar a Taiwán desde China, muchos escapando de la agitación política o la penuria.

La mayoría eran chinos hoklo, procedentes de la provincia de Fujian, o chinos hakka, provenientes de Guangdong. Los descendientes de estas dos olas migratorias conforman la mayor parte de la población actual.

En 1895, después de la victoria de Japón en la primera guerra chino-japonesa, el gobierno Qing no tuvo más opción que ceder Taiwán a Japón.

Pero, después de rotunda derrota en la Segunda Guerra Mundial, Japón tuvo que renunciar al control de todos los territorios que había ocupado en China.

La entonces República de China, uno de los países vencedores en esa guerra, empezó a gobernar Taiwán con el consentimiento de los aliados Estados Unidos y Reino Unido.

Sin embargo, la guerra civil de China, que se había iniciado en 1927, continuó y, pocos años más tarde, las tropas del gobierno de Chiang Kai-shek fueron derrotadas por las fuerzas comunistas bajo Mao Tse Tung.

Chiang y lo que quedaba de su gobierno nacionalista Kuomintang (KMT) se refugió en Taiwán en 1949.

Este grupo personas que referían como chinos continentales y que contaba con cerca de un millón y medio de personas dominó la política taiwanesa durante muchos años, aunque sólo representaban al 14% de la población.

El hijo de Chiang, Chiang Ching-kuo, heredó el poder, efectivamente una dictadura que enfrentaba la resistencia del pueblo local, resentidos por la masacre 2.28 (en el que miles de civiles murieron a partir de febrero 28 de 1947, fecha que da el nombre a la matanza) y el régimen autoritario.

Bajo presión de movimientos prodemocráticos, Chiang Ching-kuo permitió el inicio de un proceso de democratización que, al final, condujo a los comicios de 2000 y la primera elección de un presidente por fuera del KMT, Chen Shui-bian.

Después de décadas de retórica hostil, China y Taiwán empezaron a tender lazos en los años 80.

China postuló la fórmula conocida como "un país, dos sistemas", bajo el cual Taiwán podría ejercer una autonomía significativa si aceptaba la reunificación con China.

La oferta fue rechazada, pero Taiwán relajó las restricciones de visitas e inversiones en China. También, en 1991, proclamó el fin de la guerra con la República Popular China.

También hubo breves conversaciones entre ambas partes a través de representantes extraoficiales, aunque la insistencia de Pekín en que la República de China en Taiwán es ilegítima no permitió contacto de gobierno a gobierno.

La elección de Chen Shui-ban como presidente de Taiwán en 2000 alarmó a Pekín, pues abiertamente apoyaba la independencia.

Chen fue reelegido en 2004, lo que motivó a China a aprobar la llamada ley antisecesión en 2005, que declara el derecho de China a recurrir a "medidas no pacíficas" contra Taiwán si intentaba separarse de China Continental.

En 2008, Ma Ying-jeou fue elegido presidente. Él buscó mejorar las relaciones, particularmente a través de convenios económicos.

Ma gobernó durante dos períodos pero la constitución de Taiwán lo inhabilitó para un tercer mandato y, en enero de ese año, Tsia Ing-wen derrotó al candidato del KMT, Eric Chu.

Tsai lidera el Partido Democrático Progresivo (DPP), que se inclina hacia la independencia de China.

Después de que Donald Trump ganara las elecciones de 2016 en Estados Unidos, Tsai conversó telefónicamente con el presidente electo, revirtiendo una política estadounidense que se había establecido desde 1979, cuando las relaciones entre ambos países se cortaron.

A lo largo de 2018, China aplicó más presión sobre las empresas internacionales, forzándolas a incorporar a Taiwán como parte de China en sus páginas en internet.

De lo contrario China las amenazaba con bloquear sus intenciones comerciales en el gigante asiático.

Este noviembre, el partido político de Tsai sostuvo graves reveses en las elecciones regionales, lo que se interpretó en Pekín como un golpe a su postura separatista.

Hay confusión y desacuerdo sobre lo que Taiwán es en realidad y cómo debe llamarse.

El gobierno de la República de China (RDC) bajo Chiang Kai-shek, que huyó a Taiwán en 1949, declaró en un comienzo que representaba a toda China y que tenía la intención de retomar todo el territorio de nuevo.

Esta república ocupó una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU y fue reconocida por muchas naciones occidentales como el único gobierno de China.

No obstante, en 1971, la ONU transfirió el reconocimiento diplomático a Pekín y el gobierno de la RDC fue expulsado. Desde entonces, el número de países que reconoce diplomáticamente a la RDC ha caído a unos 20.

China considera a Taiwán como una provincia separatista y está comprometida con la reunificación, por la fuerza si es necesario. Pero el liderazgo taiwanés asegura que es mucho más que una provincia, arguyendo que es un estado soberano.

Tiene su propia constitución, líderes democráticamente electos y unas 300.000 tropas en sus fuerzas armadas.

Dada la gran brecha entre estas dos posturas, la mayoría de los países parecen contentarse con aceptar la actual ambigüedad. Así que Taiwán posee la mayoría de las características de un estado independiente, aunque su estatus legal sigue siendo confuso.

Aunque se ha logrado poco progreso político, los vínculos entre ambos pueblos y sus economías han crecido.

Las empresas taiwanesas han invertido unos US$60.000 millones en China, y hasta un millón de taiwaneses viven en la nación continental, muchos dirigiendo fábricas taiwanesas.

Algunos se preocupan por que la economía de Taiwán depende completamente de China ahora. Otros, sin embargo, señalan que las estrechas relaciones comerciales dificultarían cualquier acción militar de Pekín por el daño que le haría a la economía de China.

Un polémico acuerdo comercial generó el "Movimiento Girasol" en 2014, cuando unos estudiantes y activistas ocuparon el Parlamento de Taiwán protestando por lo que consideran como creciente influencia china en Taiwán.

Oficialmente, el Partido Democrático Progresivo (DPP) todavía favorece una independencia para Taiwán, mientras que el KMT se inclina por la reunificación.

Los sondeos de opinión muestran que sólo una pequeña minoría de taiwaneses apoyan una u otra opción por el momento, con la mayoría prefiriendo el actual estatus intermedio.

Sin embargo, cada vez más personas dicen sentirse taiwanesas en vez de chinas. El apoyo al DPP aumentó en las elecciones de enero de 2016. Esto fue en parte por la insatisfacción con el manejo de la economía por parte del KMT, la brecha entre ricos y pobres y los precios de la vivienda.

También porque se temía que el gobierno de Ma Ying-jeou hacía que Taiwán fuera demasiado dependiente de China.

Estados Unidos es por mucho el amigo más importante de Taiwán y su único aliado.

La relación, forjada durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, atravesó su período más difícil en 1979, cuando el presidente Jimmy Carter terminó el reconocimiento diplomático de Washington a Taiwán para concentrarse en los crecientes vínculos con China.

En respuesta, el Congreso de EE.UU. aprobó el Acta de Relaciones con Taiwán, mediante la cual prometía suministrar armas defensivas a Taiwán, resaltando que cualquier ataque de China sería de "grave preocupación" para EE.UU.

Desde entonces, la política de EE.UU. ha sido descrita como de "ambigüedad estratégica", en busca de equilibrar el surgimiento de China como potencial regional con la admiración a Taiwán por su éxito económico y democratización.

El papel crucial de EE.UU. quedó claramente demostrado en 1996, cuando China realizó unas pruebas de misiles para intentar influir en las primeras elecciones presidenciales directas.

En respuesta, el entonces presidente Bill Clinton, ordenó el mayor despliegue militar de EE.UU. en Asia desde la Guerra de Vietnam, enviando buques al estrecho de Taiwán y un claro mensaje a Pekín.

Tal y como también sucedió el año pasado, seis países latinoamericanos están llamados a elegir un nuevo presidente en este 2019.

Pero las similitudes del calendario electoral parecen agotarse ahí.

Efectivamente, mientras que en 2018 eligieron nuevo mandatario los tres países más poblados de la región (Brasil, México y Colombia), esta vez el turno es para algunos de los más pequeños: Uruguay, Panamá y El Salvador.

Y si bien el impacto de lo que pueda ocurrir con los comicios de Argentina y Bolivia no debe desestimarse, por el momento nada hace prever un sacudón de la política latinoamericana tan fuerte como el provocado por las elecciones de Andrés López Obrador en México y Jair Bolsonaro en Brasil.

Eso, sin embargo, no significa que no existan razones para interesarse por todos estos comicios presidenciales y los que también tendrán lugar en Guatemala a mediados de 2019.

En este recorrido cronológico por el calendario electoral latinoamericano te explicamos por qué.

"El pulgarcito de Centroamérica" será el primer país de todo el continente en acudir a las urnas para elegir un nuevo presidente, con la primera ronda de las elecciones celebrándose el domingo 3 de febrero y con el 10 de marzo como la fecha para un eventual balotaje.

Y, por primera vez desde la firma de los acuerdos de paz de El Salvador, en 1992, el favorito no compite bajo la bandera de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) ni del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación (FMLN), en el poder desde 2009.

Desgastado por numerosos escándalos de corrupción, el FMLN marcha en un lejano tercer lugar en todas las encuestas, mientras que la coalición de derecha Alianza por un Nuevo País, liderada por ARENA, empieza el año anclada en la segunda posición.

Mientras que el favorito en los sondeos es el exalcalde de San Salvador, Nayib Bukele, quien con 37 años podría convertirse en el presidente más joven de la historia reciente del país.

Bukele resulta difícil de encasillar políticamente, pues fue expulsado del izquierdista FMLN en 2017 y ahora participa en los comicios bajo la bandera de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA).

Pero él se presenta como el candidato del cambio y de la lucha contra la corrupción que también ha lastrado a ARENA y al mismo GANA, al que el candidato se ha cuidado sin embargo de criticar.

En cualquier caso, la capacidad de Bukele para cambiar realmente las cosas en el que todavía es el país más violento de Centroamérica -y el lugar de origen de muchos de los migrantes que enfurecen al presidente estadounidense, Donald Trump- podría verse seriamente limitada por la falta de diputados propios en la Asamblea Legislativa, bajo el control de ARENA y sus aliados desde las elecciones legislativas de 2018.

Y su triunfo no está, ni mucho menos, garantizado, con el arenista Carlos Callejas y el oficialista Hugo Martínez listos para una batalla que seguramente resultará más reñida de la sugerida por las encuestas.

Panamá celebrará elecciones generales el domingo 5 de mayo luego de una campaña de solo 60 días que se disputará bajo nuevas reglas diseñadas para reducir el impacto del financiamiento privado en el proceso electoral.

Los analistas, sin embargo, dan por sentado que eso no evitará que las mismas estén dominadas por ataques y descalificaciones, con la corrupción figurando de nuevo como un tema clave.

De hecho, la participación del expresidente Ricardo Martinelli en los comicios no pude descartarse, aunque el exmandatario -vinculado a numerosos escándalos de corrupción, que él siempre ha negado- actualmente enfrenta un juicio por escuchas ilegales desde la cárcel.

El expresidente figura como candidato independiente a la alcaldía de Panamá y también es candidato a diputado por el opositor Cambio Democrático, pero se especula que el candidato a la presidencia por ese partido, Rómulo Roux, podría postularlo a la vicepresidencia.

Y Roux, quien empieza el año como segundo en los sondeos, ya también formalizó una coalición con los miembros de Alianza, una escisión de su partido, fundado por Martinelli.

La carta del oficialista Partido Panameñista, por su parte, es José Isabel Blandón, quien ya selló una alianza con el Partido Popular con la intención de lograr algo bastante raro en Panamá: la elección de un candidato del partido de gobierno.

Pero el ligero favorito en estos momentos es Laurentino Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático, fundado por Omar Torrijos, quien también prepara una alianza con el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena).

La corrupción seguramente también será un tema central de las elecciones de Guatemala, con el país centroamericano actualmente asistiendo al duro enfrentamiento entre el gobierno del presidente Jimmy Morales y la Comisión Internacional contra la Impunidad, CICIG.

En su momento Morales fue el mayor beneficiado de las investigaciones impulsadas por la comisión, al ofrecerse como una alternativa a un sistema político corrompido hasta la médula, pero muchos guatemaltecos ahora lo consideran más de lo mismo.

Y, en ese contexto, los comicios previstos para el 19 de junio podrían terminar decidiendo el futuro del proceso de renovación de ese sistema, debilitado por el trabajo de la CICIG.

El rostro más visible de esa voluntad de depuración y cambio sería la ex fiscal general Thelma Aldana -ganadora en 2017 del llamado Premio Nobel Alternativo, el Right Livelihood Award- quien sin embargo todavía no ha oficializado su postulación.

Pero la de Aldana es una de varias candidaturas expuestas a potenciales trabas legales y administrativas por parte de los actuales representantes de un sistema político que se resiste a desaparecer.

Por esto, y por lo que ya pasó en su momento con Jimmy Morales, todavía es demasiado pronto para tratar de identificar favoritos para unos comicios que, muy probablemente, se decidirán además en un balotaje en el mes de agosto.

Pero, por lo pronto, entre los otros nombres que ya están sonando destacan los de la contendiente de Morales en la segunda vuela de 2015, la ex primera dama Sandra Torres; el del tres veces candidato presidencial Alejandro Giammattei, ahora por el recién fundado partido Vamos; y el de Zury Ríos, hija del ex presidente de facto juzgado por genocidio, Efraín Ríos Montt.

En contraste con las turbulencias de los comicios centroamericanos, las elecciones presidenciales de Uruguay, convocadas para el 27 de octubre, se anuncian especialmente tranquilas.

De hecho, una ligera mayoría de uruguayos se ha dicho convencida de que el próximo presidente seguirá perteneciendo al oficialista Frente Amplio, aunque ni este ni su principal contrincante, el Partido Nacional, han definido sus candidaturas.

Por ley, las de todos los partidos tendrán que definirse en elecciones internas que tendrán lugar el 30 de junio.

Y si los nacionales eligen bien sus cartas, podrían terminar aprovechando el desgaste natural del FA después de tres períodos consecutivos en el poder, especialmente si el nuevo presidente termina decidiéndose en segunda ronda, el 24 de noviembre.

El FA, por su parte, se enfrenta al reto de encontrar a un digno sucesor o sucesora para José Mujica y Tabaré Vásquez, quienes ya anunciaron su retiro de la política.

De lograrlo, la agrupación conserva altas probabilidades de mantener a Uruguay como uno de los pocos países de América del Sur con un gobierno de izquierda. En la más estable de las naciones sudamericanas, continuidad y cambio no parecen significar lo mismo que en el resto del continente.

Si nada extraordinario ocurre, lo más probable es que las elecciones del 27 de octubre en Argentina tengan como protagonistas al actual presidente, Mauricio Macri, y a su antecesora en el cargo, Cristina Fernández de Kirchner.

Esto revestiría a los comicios de un simbolismo particular, pues le daría a la izquierda representada por Fernández de Kirchner la posibilidad de cobrarse revancha y de recuperar algo del terreno perdido en el continente.

A su favor está el hecho de que Macri llega al nuevo año debilitado por un 2018 de descalabros económicos: el año terminó en recesión, con aumento de la pobreza y con la inflación a casi 50%.

Desde la crisis de 2001 la economía no había estado tan mal y muchos creen que eso le puede pasar factura al oficialismo.

Sin embargo, el rescate financiero por US$57.000 millones del Fondo Monetario Internacional no solo contuvo el colapso de la moneda argentina, sino que parece haber sentado las bases para un mejor 2019.

Y aunque diciembre es habitualmente un mes de protestas, el que acaba de pasar transcurrió sin grandes conflictos sindicales y gremiales, una calma que, si se mantiene en el nuevo año, le permitiría a Macri llegar con ventaja a las elecciones.

La oposición, por su parte, no ha podido aprovechar el mal momento del oficialismo.

El peronismo está dividido, vapuleado por escándalos de corrupción y a la vista no aparecen candidatos frescos que puedan dar la vuelta al tablero.

Y la gran pregunta es si Kirchner, investigada en cinco causas de corrupción, será o no candidata. La expresidenta sigue siendo la figura más popular de la oposición, aunque también una de las figuras que más rechazo genera en el país, lo que podría ser decisivo en caso de balotaje en noviembre.

El peronismo tiene de aquí a agosto, cuando son las primarias, para lograr la unidad que le permita competir con Macri.

Y las posibilidades de ambos bandos dependen, de alguna manera, del desempeño de la economía. En ese sentido, en medio de un contexto internacional de incertidumbre y guerras comerciales, es justo decir que cualquier cosa puede pasar en Argentina.

Las elecciones presidenciales de octubre de 2019 se perfilan como las más difíciles que deberá enfrentar Evo Morales desde su sorprendente primera victoria electoral en 2005.

En los comicios, con fecha aún por definirse, Morales buscará asegurar su cuarto mandato consecutivo, con lo que se mantendría en el poder hasta 2025, acumulando 19 años ininterrumpidos en la presidencia de su país.

Al primer presidente indígena en la historia de Bolivia, sin embargo, le tocará hacerlo en medio de fuertes cuestionamientos al mecanismo jurídico con el que logró ser habilitado de nuevo como candidato dado que la Constitución boliviana solo permite a los ciudadanos gobernar por dos periodos seguidos.

El mandatario perdió además un referendo en 2016 que preguntaba por la posibilidad de permitirle buscar un nuevo mandato, pero el Tribunal Supremo Electoral avaló su postulación.

Y acostumbrado a superar el 60% de los votos en anteriores comicios, Morales aparece esta vez lejos de su registro habitual de popularidad y las encuestas lo colocan cabeza a cabeza con el opositor y expresidente Carlos Mesa.

Desde las trincheras del "evismo", sin embargo, aseguran que el presidente todavía no empezó a hacer campaña y que cuando lo haga demostrará que sigue siendo el político que más votos puede conseguir en la historia de Bolivia.

Pero, por primera vez en muchos años, una presidencia de izquierda no puede darse por segura en Bolivia, uno de sus últimos bastiones en Sudamérica.

*Con la colaboración de Daniel Pardo, Boris Miranda y Arturo Wallace.

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"Brasil arriba de todo, Dios arriba de todos"

Con esa frase Jair Bolsonaro terminó los dos discursos que dio este 1 de enero durante las ceremonias en las que se posesionó como nuevo presidente de Brasil.

En los actos, que tuvieron lugar en Brasilia, el nuevo presidente afirmó que el país comienza a "liberarse del socialismo, de la inversión de valores y de lo políticamente correcto".

Según Bolsonaro, su victoria le dio "voz a quien no era oído" y lo puso "al frente de la Nación" para servir a la "Patria", a "Dios" y a todo el pueblo brasileño.

El mandatario indicó que "aún hay muchos desafíos por delante" y que no se puede dejar que "ideologías nefastas dividan a los brasileños" y "destruyan" a las familias.

Bolsonaro, de 63 años, es visto como una figura muy divisiva, cuyos comentarios homofóbicos y misóginos han causado malestar en muchos sectores.

El nuevo presidente ganó las elecciones por un amplio margen el pasado 28 de octubre. Su campaña se vio impulsada por las promesas de sacar a Brasil de la corrupción rampante y el crimen.

Este martes en los actos inaugurales lo acompañaron varios mandatarios de distintos países. ¿Quiénes fueron, quiénes faltaron y qué significa?

Entre los jefes de Estado que asistieron a la toma de investidura de Bolsonaro estuvieron los presidentes de cinco países sudamericanos.

Sebastián Piñera, de Chile, Juan Orlando Hernández, de Honduras y Mario Abdo Benítez, de Paraguay, acompañaron a Bolsonaro en su juramento como presidente.

Además estuvieron los líderes de izquierda Evo Morales, presidente de Bolivia y Tabaré Vázquez, de Uruguay.

Iván Duque, presidente de Colombia, no asistió, pero en su representación fue la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.

Martín Vizcarra, presidente de Perú, quien había confirmado su asistencia, a última hora adelantó su regreso a Perú, donde las remoción de dos fiscales encargados de investigar los casos de corrupción de más alto perfil en Perú generaron protestas en ese país en vísperas de año nuevo.

El presidente Vizcarra expresó su rechazo ante la remoción de los fiscales y dijo que regresaba para "seguir encabezando la lucha contra la corrupción y la impunidad".

Para Gerlado Zaran, profesor de relaciones internaciones de la Universidad Católica de Sao Paulo, la presencia de estos líderes sudamericanos en la posesión de Bolsonaro evidencia la importancia de Brasil en la región.

Según Zaran, el protagonismo de Brasil también explica la participación de los presidentes de Bolivia y Uruguay, quienes mantienen fuertes lazos económicos con Brasil y habrían optado por una postura pragmática, a pesar de las diferencias políticas con Bolsonaro.

Brasil es el mayor importador de productos bolivianos y uruguayos.

En su cuenta de Twitter, el presidente Morales afirmó que Bolivia y Brasil son "socios estratégicos" y que los unen "lazos de hermandad y complementariedad".

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela; Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba; y Daniel Ortega, presidente de Nicaragua no fueron invitados a la toma de posesión.

Ernesto Araújo, el nuevo canciller de Brasil ha expresado las diferencias ideológicas con estos tres gobiernos.

"Frente a las violaciones del régimen de Ortega contra la libertad del pueblo de Nicaragua, ningún representante de ese régimen será recibido en el evento del día 1", había comentado en Twitter hace unas semanas.

"No hay lugar para Maduro en una celebración de la democracia y del triunfo de la voluntad popular brasilera", también tuiteó el canciller en referencia al presidente de Venezuela.

Uno de los grandes ausentes en la posesión fue Mauricio Macri, presidente de Argentina, quien estás de vacaciones en el sur del país.

Su ausencia, según algunos analistas, levanta dudas sobre cómo se desarrollarán las relaciones políticas y económicas entre ambos países.

Según el analista Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, consultado por la agencia EFE, la ausencia de Macri "es un gesto que seguramente va a ser leído de muy mala manera" en Brasil y "un error de política exterior".

En todo caso, Macri y Bolsonaro habían hablado por teléfono en diciembre y tienen una cita programada para el 16 de enero en Brasilia.

Mike Pompeo, secretario de Estado del gobierno de Donald Trump asistió en representación de EE.UU.

Aunque Trump no asistió, ambos presidentes han dejado ver su cercanía ideológica en varios temas.

Los controversiales comentarios de Bolsonaro, sus declaraciones en favor del porte de armas, entre otras posiciones, han hecho que algunas personas lo llamen "el Trump de trópico".

Esta tarde, durante la ceremonia de toma de investidura, el presidente Trump tuiteó: "Felicitaciones al presidente Bolsonaro quien acaba de dar un gran discurso inaugural, ¡EE.UU está contigo!".

Otra de las figuras destacadas en la investidura de Bolsonaro fue Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel.

En noviembre, Bolsonaro ya había manifestado su intención de trasladar la embajada de Brasil en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.

Durante el fin de semana Netanyahu, luego de una reunión de Bolsonaro, dijo que solo era cuestión de "cuándo" se daría el traslado.

Este cambio representaría un reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, lo que puede provocar no sólo fricciones con palestinos y países árabes, sino también reacciones de la comunidad internacional, cuya posición es que el estatus de Jerusalén debe ser decidido en negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

Hasta ahora, sólo EE.UU. y Guatemala han tomado una medida similar.

Viktor Orbán, primer ministro de Hungría también acompañó al presidente electo.

Marcos Guedes, profesor de ciencia política en la Universidad Federal de Pernambuco, afirma que la presencia de los líderes de derecha de Israel y Hungría tiene motivos ideológicos y económicos.

La visita del líder húngaro, por su parte, indicaría la búsqueda de una alianza política y económica con Brasil, según Guedes.

"Hungría y otros miembros de la nueva derecha europea se han visto constreñidos por la Unión Europea por defender políticas que van en contra de las europeas", afirma. "La aproximación con Brasil puede ser un canal de escape".

"Imagino que Israel ve en la aproximación con el gobierno brasileño una oportunidad para crear vínculos comerciales", afirma Guedes.

La relación con Israel también le interesa a Bolsonaro, que con su cercanía con Netanyahu le hace un guiño al electorado evangélico brasileño, que simpatiza con Israel.

Del otro lado del Atlántico también asistieron a los actos protocolarios Saadedine Othman, primer ministro de Marruecos, Marcelo Rebelo de Souza, presidentes de Portugal; y Jorge Carlos Fonseca, presidente de Cabo Verde.

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