El 30 de mayo de 2024, Donald Trump se convirtió en el primer presidente o expresidente de Estados Unidos en ser condenado en un juicio penal.
Un jurado de Manhattan lo declaró culpable de 34 delitos de falsificación de registros comerciales, relacionados con un pago de 130,000 dólares realizado a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels antes de las elecciones presidenciales de 2016. Este pago se hizo para comprar su silencio sobre una supuesta relación sexual con Trump en 2006, lo que desató uno de los casos judiciales más mediáticos y controvertidos en la historia política estadounidense.
El juicio se centró en la manera en que Trump reembolsó a su entonces abogado personal, Michael Cohen, por el dinero pagado a Daniels. La Fiscalía de Manhattan alegó que Trump había intentado influir ilegalmente en las elecciones de 2016 al registrar indebidamente el reembolso como "gastos legales" en los libros contables de su empresa, la Organización Trump. El jurado, compuesto por 12 miembros, encontró probadas todas las acusaciones más allá de toda duda razonable tras dos días de deliberaciones.
La acusación fue encabezada por el fiscal general de Manhattan, Alvin Bragg, quien afirmó que los miembros de su equipo actuaron sin miedo ni favoritismos. Bragg subrayó que aunque ni el acusado ni el caso eran como los demás, la justicia debía seguir su curso. Durante el juicio, 22 testigos testificaron, incluidos Stormy Daniels y Michael Cohen. Daniels dio detalles específicos de su supuesto encuentro íntimo con Trump, mientras que Cohen describió cómo adelantó el dinero a Daniels y cómo fue reembolsado posteriormente por Trump. Cohen ya había sido condenado previamente por su papel en el soborno y la financiación ilícita de la campaña.
La actriz Stormy Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, afirmó que tuvo relaciones sexuales con Trump en 2006, un encuentro que él siempre negó. Daniels aseguró que aceptó el pago de 130,000 dólares como "pago secreto" de Cohen a cambio de su silencio un mes antes de las elecciones presidenciales de 2016. Daniels testificó que lo hizo porque estaba preocupada por la seguridad de su familia, tras haber sido amenazada en un estacionamiento por un hombre que le dijo que "dejara a Trump en paz".
La defensa de Trump, liderada por el abogado Todd Blanche, trató de desestimar las acusaciones, argumentando que cualquier campaña presidencial implica estrategias para proteger la imagen del candidato. Blanche también atacó la credibilidad de Cohen, calificándolo como el "mayor mentiroso de todos los tiempos", y sugirió que Daniels estaba motivada por intereses económicos.
En sus declaraciones tras el veredicto, Trump reiteró su inocencia y denunció el juicio como una persecución política orquestada por la Administración Biden. En una conferencia de prensa desde la Torre Trump, Trump calificó el procedimiento como una "vergüenza" y al juez del caso, Juan Merchan, como "corrupto". Trump afirmó que el juicio fue "amañado" y prometió seguir luchando hasta el final, incluso insinuando que apelaría el caso hasta el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora.
Trump, a pesar de su condena, sigue siendo un fuerte candidato para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. Según la ley estadounidense, no hay impedimento legal para que un condenado se postule a la presidencia, lo que permite a Trump continuar su campaña electoral. Muchos de sus seguidores han afirmado que seguirán apoyándolo, incluso después del veredicto.
El juez Merchan, quien ya había presidido otros casos relacionados con la Organización Trump, se encargará de dictar la sentencia el 11 de julio, apenas cuatro días antes del inicio de la Convención Nacional Republicana. Los 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales por los que Trump fue declarado culpable son teóricamente punibles con hasta cuatro años de prisión cada uno, pero el juez podría dictar que se cumplan simultáneamente, lo que significaría un máximo de cuatro años en total. Además, la ausencia de antecedentes penales podría favorecer a Trump, permitiéndole quedar en libertad condicional.
Durante el juicio, la defensa de Trump intentó desacreditar las evidencias presentadas por la Fiscalía, sugiriendo que los testimonios de Daniels y Cohen no eran confiables. A pesar de esto, el jurado encontró las pruebas lo suficientemente convincentes como para declarar a Trump culpable en todos los cargos.
La condena de Trump ha generado un terremoto político en Estados Unidos, con implicaciones significativas para la campaña electoral de 2024. La reacción del electorado es imprevisible, pero muchos analistas políticos creen que el veredicto podría movilizar tanto a sus partidarios como a sus detractores. Trump ha utilizado su plataforma para presentarse como una víctima de una persecución política, una estrategia que ha resonado con su base de apoyo.
En resumen, el histórico juicio y la condena de Donald Trump por 34 delitos de falsificación de registros comerciales han marcado un precedente sin igual en la política estadounidense. Mientras se espera la sentencia definitiva, la situación sigue siendo tensa y cargada de incertidumbre, con Trump decidido a seguir adelante con su campaña presidencial, enfrentando tanto desafíos legales como políticos en su camino hacia las elecciones de noviembre de 2024.