El popular videojuego Fortnite, con millones de jugadores a nivel mundial desde su lanzamiento en 2017, está influyendo en el habla de sus jóvenes usuarios.
Expertos han identificado un emergente patrón lingüístico, denominado "acento Fortnite", caracterizado por un tono agudo, una velocidad de habla elevada y una entonación ascendente al final de las oraciones, similar a formular preguntas.
Según información del Daily Mail, la plataforma educativa Preply describe este acento como una imitación de la voz de un niño muy emocionado o frustrado, reflejando la atmósfera dinámica y caótica del juego, marcada por la urgencia y la constante interacción entre jugadores.
Este fenómeno se explica lingüísticamente como un caso de "conversión lingüística", donde los individuos adaptan inconscientemente su forma de hablar para integrarse socialmente. Preply señala que esta adaptación es natural y fomenta un sentido de pertenencia, siendo más común en niños y adolescentes en plena formación de su identidad social.
El lingüista Adam Aleksic, conocido como Etymology Nerd, analizó videos en línea y describió el "acento Fortnite" como un habla rápida con una entonación muy marcada, diseñada para expresar emoción o sorpresa inmediata. Aleksic considera que su función principal es social, ayudando a los jugadores a representarse dentro de la comunidad del juego, en lo que la sociolingüística denomina "ludolecto" – un lenguaje específico de un entorno lúdico. Este acento estaría vinculado a momentos intensos del juego, como ser eliminado o conseguir una victoria, generando una sonoridad que los jugadores interiorizan e imitan.
Si bien este fenómeno lingüístico es de interés, también genera preocupación entre educadores y familias. Se advierte que el uso persistente de este acento podría ser un indicio de aislamiento social, sugiriendo que los niños que lo adoptan pasan más tiempo en línea que interactuando en persona. Se subraya la importancia del contacto interpersonal para el desarrollo emocional y lingüístico de los menores.
Finalmente, el artículo recuerda que este no es un caso aislado de influencia audiovisual en el habla infantil, mencionando un fenómeno similar en Estados Unidos donde niños desarrollaron un acento británico tras ver repetidamente el programa Peppa Pig.