Se dice pronto, pero la saga de Saw ya ha alcanzado el número de ocho películas, y lleva más o menos desde la mitad de ellas recibiendo acusaciones de que la fórmula está agotada, y que a la franquicia no le queda otro camino que la autoparodia.

2018 fue un año extraño para Dexter Fletcher. Este director, que ya tenía cierta experiencia en el cine musical gracias a su estupenda adaptación de Amanece en Edimburgo, de repente se vio envuelto en el rodaje de Bohemian Rhapsody una vez el director inicialmente contratado hubiera abandonado el rodaje, solo para ver cómo su trabajo acababa quedando sin acreditar y el film que repasaba la historia de Queen se convertía en un éxito apotéosico de público, llegando incluso a los Oscar.

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE VENGADORES: ENDGAME]

A Joe y Anthony Russo hay que quererlos. No sólo han conseguido salir con vida del aprieto de tener que concluir el Universo Cinematográfico de Marvel con dos films tan ambiciosos y colosales como Infinity War y Endgame, sino que además están dejando claro, a cada declaración, que tampoco es que se preocuparan mucho por que todo quedara bien atado en ellas.

En un lado de La Croisette estaba Jim Jarmusch hablando de sus zombies, del terror con el que creció y el que admira hoy: “Sam Raimi, John Carpenter…”, enumeraba. En el otro lado de esta playa de Cannes, uno de los mentados, Carpenter recogía el premio Carroza de Oro a toda su carrera en la sección paralela del Festival, la Quincena de los realizadores.

No es muy habitual que tu primer largometraje debute en la competición por la Palma de Oro. Lo ha conseguido el francés Ladj Ly con Les misérables, aunque su condición de ópera prima debe matizarse con el corto homónimo que aquí expande, la codirección de un documental muy visto en Francia como A viva voz (2016) y años de trabajo dentro del colectivo audiovisual Kourtrajmé en compañía de Romain Gavras y Kim Chapiron, donde se dedican a promocionar el cine y la creación cinematográfica como herramienta identitaria en los barrios marginales de inmigrantes.

Puede que la excusa de Bill Murray para pasearse estos días por la Croisette sea que su última película (Los muertos no mueren) ha inaugurado la Sección Oficial de este Festival de Cannes, pero el actor está aprovechando igualmente para marcarse un curioso repaso, en su peculiar estilo, de algunos de los highlights de su carrera.

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