La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se encuentra en el centro de la controversia tras entonar un cántico con connotaciones políticas. El incidente ha reavivado el debate sobre su trayectoria política y la de algunos miembros de su coalición. Las críticas se enfocan en su pasado y su posible influencia en el actual gobierno italiano.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha provocado reacciones adversas por recurrir a la expresión “salta comunista”, especialmente debido a su historia política y la de algunos integrantes de su alianza, lo que suscita inquietudes sobre la influencia del fascismo y la extrema derecha en el gobierno italiano.
El hecho tuvo lugar en Nápoles durante el cierre de campaña, donde se inició el cántico “El que no salta es comunista”. También en el escenario, junto a la Primer Ministro y el Ministro Antonio Tajani, se encontraba el candidato regional de la UDC por el Véneto, Antonio De Poli.
A pesar de sus intentos por suavizar su discurso y distanciarse de los extremismos, como el respaldo a la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y su posición en la guerra de Ucrania, las críticas y polémicas continúan.
Las principales objeciones se basan en el origen neofascista de su partido, la presencia de figuras consideradas de extrema derecha en su gobierno y las políticas implementadas por su administración, que comprenden ajustes sociales y controversias sobre migración y derechos.
