Japón, inmerso en una crisis de natalidad, se enfrenta a un posible nuevo descenso en 2026. Una superstición arraigada en el calendario tradicional chino, relacionada con el año del caballo de fuego, podría influir en las decisiones de fertilidad. Este fenómeno ya se observó en 1966, generando una notable caída en los nacimientos debido a creencias populares.
Japón utiliza diversos calendarios, incluyendo el gregoriano, ampliamente adoptado, y uno propio basado en las eras imperiales. No obstante, persiste la influencia del calendario tradicional chino.
En 2026 se podrá evaluar la vigencia de esta tradición en la sociedad japonesa.
Para comprender la situación, es necesario analizar el año 1966, cuando Japón experimentó una notable disminución en la tasa de natalidad, contrastando con las tendencias históricas. Según Japan Times, mientras que en 1965 nacieron aproximadamente 1,82 millones de niños, en 1966 la cifra descendió a 1,36 millones, representando una reducción del 25%. Los datos del Ministerio de Salud japonés confirman esta tendencia, mostrando una caída en la tasa de fecundidad de 2,14 en 1965 a 1,58 en 1966, seguida de un repunte a 2,23 al año siguiente.
Este fenómeno no se atribuyó a desastres naturales o provocados, sino a un aumento en los abortos inducidos, como se documentó en un estudio publicado en Annals of Human Biology en 1974. La causa principal fue una superstición.
El año 1966 correspondió al año del caballo de fuego en el calendario tradicional chino, que asocia cada año de un ciclo de 60 con un animal y un elemento.
Según la creencia popular japonesa, las mujeres nacidas durante el año del caballo de fuego traerían desgracia a sus maridos, incluso causándoles la muerte.
Esta superstición llevó a muchas parejas a evitar o interrumpir embarazos, especialmente en áreas rurales, donde estas creencias tenían mayor arraigo, como señalan Emi Suzuki y Haruna Kashiwase en un artículo para el Data Blog del Banco Mundial. Además, en aquel entonces no existía la opción de aborto selectivo por sexo.
60 años de cambio
La sociedad japonesa ha evolucionado significativamente en los últimos 60 años. ¿Podría repetirse un fenómeno similar en 2026? Hay razones para creer que, de ocurrir, la disminución en la natalidad sería menos pronunciada que en 1966.
En primer lugar, la superstición tiene menos peso en la sociedad actual. Japón ha experimentado transiciones importantes, pasando de ser un país devastado por la guerra a un líder en innovación tecnológica. Si bien 1966 puede considerarse un año de transición en este proceso, 2026 no lo es tanto. No obstante, la relación entre tradición y modernidad en Japón sigue siendo compleja y difícil de interpretar desde una perspectiva occidental.
Sin embargo, hay otro dato relevante: 1,15.
Como se mencionó anteriormente, la tasa de fertilidad japonesa disminuyó de 2,1 a 1,6 entre 1965 y 1966. Aunque la caída asociada al año Hinoeuma fue temporal, los datos históricos muestran una tendencia general a la baja en la tasa de natalidad japonesa.
Según datos del Ministerio de Salud japonés citados por Suzuki y Kashiwase, la tasa de fertilidad japonesa ha ido disminuyendo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. En 1989, la tasa volvió a situarse en 1,58, y no se ha recuperado desde entonces. Este descenso se conoció como el “shock del 1,57”. Actualmente, la tasa se encuentra en 1,15.
En 1987, Japón celebró a la generación nacida en Hinoeuma, que cumplía 20 años. The New York Times informó sobre esta celebración y la superstición que había afectado a esta generación. Ya entonces, parecía evidente que los nacidos en Hinoeuma serían la promoción más reducida en la historia, aunque solo por un breve período.
Imagen | Evgeny Tchebotarev
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La noticia
En plena crisis de la natalidad, Japón se enfrenta a un reto extra en 2026: una superstición
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Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
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