El presidente Donald Trump denunció un tiroteo e incendio en una iglesia mormona de Grand Blanc, Michigan, como un ataque contra cristianos. El incidente, que dejó un fallecido y varios heridos, generó una rápida respuesta de las autoridades locales y federales. La gobernadora de Michigan expresó su consternación ante el acto de violencia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su condena este domingo ante lo que describió como “un nuevo ataque dirigido contra los cristianos”, en referencia al violento incidente ocurrido en una iglesia mormona en Grand Blanc, Michigan, que resultó en al menos una víctima fatal y nueve heridos.
“El sospechoso ha fallecido, pero aún quedan muchos detalles por esclarecer. Este parece ser otro ataque dirigido contra los cristianos en Estados Unidos”, publicó Trump en su plataforma Truth Social.
El tiroteo tuvo lugar en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde también se produjo un incendio que dañó significativamente la estructura. Las autoridades locales informaron que el atacante embistió el edificio con su vehículo y posteriormente fue abatido por las fuerzas de seguridad. La policía aseguró que, por el momento, no existe una amenaza activa para la población.
Chris Swanson, jefe policial del condado de Genesee, señaló que el área fue evacuada y que la situación “continúa desarrollándose”. “La totalidad de la iglesia está en llamas”, declaró. Kash Patel, director del FBI, calificó el suceso como un “acto cobarde y criminal” y ofreció la colaboración de la agencia en la investigación.
La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, manifestó su consternación y afirmó que “la violencia en cualquier lugar, y especialmente en un lugar de culto, es inaceptable”.
El suceso ha conmocionado al país, mientras los miembros de la comunidad mormona y las autoridades buscan respuestas a este sangriento episodio, con Trump asumiendo una postura de alerta sobre la presunta motivación religiosa del ataque.