Miles de militares de Colombia y Ecuador tras rastros de Guacho

Latino America
Miles de militares de Colombia y Ecuador están, en una frontera selvática y sembrada de coca, a la caza del jefe del grupo que mató en cautiverio a los tres integrantes de un equipo de prensa, cuyos cuerpos no habían sido recuperados este sábado 14 de abril del 2018.

 

El municipio de Tumaco el catalogado con más narcocultivos del mundo está militarizado, y es el centro de la ofensiva del lado colombiano, mientras del lado ecuatoriano las acciones se enfocan en San Lorenzo, donde rige desde enero el estado de excepción a causa de la inusitada violencia.

De acuerdo al general Mauricio Zabala, comandante de la Fuerza Despliegue Rápido Número 2 del Ejército colombiano, "habrá una arremetida más contundente” con el objetivo de que las acciones se encaminen a dar el gran golpe contra Walter Artízala, alias Guacho, el jefe de una disidencia no tan numerosa de la ya disuelta guerrilla de las FARC acusada de secuestrar y ejecutar a los dos periodistas y el chofer de Diario EL COMERCIO.

Hasta el momento la atención se focaliza en que Ecuador pueda cuanto antes recobrar los cuerpos a través de una sigilosa operación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) .

El periodista Javier Ortega (32 años) , el fotógrafo Paúl Rivas (45) y el conductor Efraín Segarra (60) fueron ejecutados por sus captores, pero aún es incierto el paradero de sus cadáveres.

Los residentes en el Ecuador hablan de que nunca antes habían enfrentado un crimen de estas características, lo que prácticamente rompió en pedazos su idea de ser un territorio en paz en medio de la violencia y el narcotráfico que han golpeado por décadas a Colombia.

El ejército colombiano, que desde hace unos meses desplegó casi 10 000 hombres en Tumaco y alrededores, se mueve con cautela hasta hacer justicia, y sin hablar directamente de un cordón humanitario, los militares dijeron que no interferirán en la operación del CICR.

El caso ha desatado una condena internacional y cuestionamientos internos a los dos gobiernos, que ofrecieron información a cuentagotas o contradictoria, por ejemplo, sobre el paradero de los rehenes. Apenas se confirmó el mortal desenlace, Colombia y Ecuador lanzaron el viernes 13 de abril de 2018 una ofensiva militar para detener a los responsables.

De su parte el presidente Juan Manuel Santos en el marco de la Cumbre de las Américas, que terminaba este sábado en Lima Perú dijo que han han prestado todo el apoyo y colaboración desde el primer momento, y se los seguiremos prestando hasta que (...) se haga justicia”.

Ecuador anunció que en la zona de Mataje, en medio de las acciones coordinadas, donde fueron secuestrados los periodistas, que ya han sido arrestados nueve sospechosos e incautaron armas y municiones.

La cacería que mantiene en conjunto un solo objetivo que es atrapar a Guacho, ofreciendo ambos gobiernos USD 230 000 por información que lleve a su captura.

De Walter Artízala, de no más de 35 años, se sabe que opera con unos 70 y 80 hombres en los límites de Nariño y la provincia costera de Esmeraldas, estos son puntos estratégicos en la ruta del Pacífico para transportar cocaína a Estados Unidos a través de Centroamérica.

Según el ministerio colombiano de Defensa, las operaciones incluyen aviones y helicópteros, mientras que aún las autoridades no explican cómo un exguerrillero con un ejército en apariencia pequeño, pudo desatar el terror en dos países.

Porque aparte del brutal crimen de los periodistas que según Ecuador pretendía canjear por presos en ese país es señalado de varios ataques que dejan siete muertos y decenas de heridos en el lado ecuatoriano de la frontera.

Además, en Tumaco ha sido acusado de atentados que han dejado sin luz a este municipio de más de 200 000 habitantes, en su mayoría personas y familias muy necesitadas y de escasos recursos económicos.

El ejército erntiende que el fenómeno no se reduce a Guacho, sino que detrás está el narcotráfico que rompe fronteras. “Esto se ha convertido en un crimen trasnacional, con tentáculos de estos delincuentes en países vecinos.

El general Zabala sostiene que hay una gran influencia de los cárteles” de México.

Según la Fundación Paz y Reconciliación, Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC por años ejercieron el dominio de este punto fronterizo, pero tras su desarme unos 12 grupos se disputan el control.

Fuente El Comercio