La cognición depende de una proteína cerebral

Tecnologia
Redes complejas y deterioro cognitivo

Las neuronas están interconectadas en el cerebro formando redes funcionales complejas que almacenan información. Nuestros recuerdos y conocimientos se encuentran grabados en estas redes en forma de “engramas”, es decir, conjuntos de conexiones entre grupos de neuronas que se formaron y estabilizaron en el momento de la experiencia o el aprendizaje.

Cuanta más densidad sináptica tenga una red neuronal, mayor será la conectividad de las neuronas que la integran y mayor su capacidad de almacenar y procesar información. Así, la memoria se fundamenta en las modificaciones que se producen en los circuitos sinápticos de nuestras redes neuronales, al mismo tiempo que experimentamos y aprendemos.

Durante la infancia y la adolescencia temprana, nuestro cerebro experimenta el mayor remodelamiento sináptico de toda la vida. En este periodo, la exposición e interacción con el entorno físico, social y cultural que nos rodea moldea nuestras redes neuronales y determina las habilidades motoras, perceptuales y cognitivas que configurarán nuestra personalidad adulta.

En las últimas décadas, la investigación en neurobiología celular y molecular ha puesto de manifiesto el papel central de los contactos sinápticos en los procesos de la memoria y el aprendizaje.

Uno de los hitos más importantes ha sido el descubrimiento de los mecanismos moleculares básicos de la Plasticidad Sináptica, la propiedad que permite a las neuronas adaptar su eficiencia de comunicación en función de la actividad que han experimentado previamente.

Ejercicios sinápticos

“De forma análoga a lo que sucede con la capacidad respiratoria y muscular cuando realizamos ejercicio físico, cuanto más se ejercitan los circuitos sinápticos, éstos adquieren más capacidad de almacenamiento y procesamiento”, explican los autores.
Estudios recientes han mostrado que el deterioro cognitivo asociado a la edad o las enfermedades neurodegenerativas se relaciona con una menor densidad sináptica de las redes neuronales en áreas del cerebro delantero.

En estos casos, antes de que se manifiesten los primeros síntomas de deterioro cognitivo, se constata ya una reducción significativa de la densidad sináptica en áreas como la corteza cerebral o el hipocampo.

“Esta degeneración sináptica asintomática puede durar años o décadas —añaden los autores—. Cuando la pérdida sináptica es ya sustancial y los mecanismos de plasticidad no son suficientes para mantener la función, aparecen los primeros síntomas de deterioro cognitivo. Para entonces, la degeneración sináptica es elevada y difícilmente recuperable”.