Detectan una potente explosión nuclear a 11.000 años luz

Tecnologia
La NASA detectó el pasado agosto una explosión termonuclear masiva proveniente del espacio exterior, gracias al telescopio Explorador de Composición Interior (NICER).

El origen de la explosión se sitúa en la superficie de una estrella de neutrones que emite radiación periódica (púlsar), considerada como los restos estelares de una estrella que explotó en una supernova, pero que era demasiado pequeña para formar un agujero negro.

Se trata de la estrella SAX J1808.4-3658 (o J1808), que se encuentra a unos 11.000 años luz de distancia en la constelación de Sagitario. Gira a un vertiginoso ritmo de 401 rotaciones cada segundo, y es un miembro de un sistema binario.

Su compañera es una enana marrón, un objeto más grande que un planeta gigante pero demasiado pequeño para ser una estrella.

Una corriente constante de gas hidrógeno fluye desde el compañero hacia la estrella de neutrones, y se acumula en una vasta estructura de almacenamiento llamada disco de acreción.

Electrones despojados

El gas en los discos de acreción no se mueve fácilmente hacia adentro. Pero cada pocos años, los discos alrededor de los púlsares como J1808 se vuelven tan densos que una gran cantidad de gas se ioniza o se despoja de sus electrones.

Esto hace que sea más difícil que la luz se mueva a través del disco. La energía atrapada inicia un proceso desbocado de calentamiento e ionización que atrapa aún más energía. El gas se vuelve más resistente al flujo y comienza a girar en espiral hacia adentro, cayendo finalmente sobre el púlsar.

El hidrógeno que llueve sobre la superficie forma un "mar" global caliente y cada vez más profundo. En la base de esta capa, las temperaturas y las presiones aumentan hasta que los núcleos de hidrógeno se fusionan para formar núcleos de helio, lo que produce energía, un proceso similar al que funciona en el núcleo de nuestro Sol.

"El helio se asienta y crea una capa propia", dijo Zaven Arzoumanian de Goddard, investigador principal adjunto de NICER y coautor del artículo, en un comunicado.

“Una vez que la capa de helio tiene unos pocos metros de profundidad, las condiciones permiten que los núcleos de helio se fusionen en carbono. Luego, el helio entra en erupción explosivamente y desata una bola de fuego termonuclear en toda la superficie del púlsar, que fue lo que captó NICER en agosto.