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Mié, Sep

Análisis del dron Geran-3: Tecnología rusa con componentes extranjeros

Tecnologia
El ejército ucraniano ha analizado el dron Geran-3, un nuevo modelo ruso resistente a la guerra electrónica. El análisis revela una dependencia significativa de componentes de países occidentales y asiáticos, desafiando las sanciones internacionales. La producción masiva de estos drones por parte de Rusia representa una amenaza significativa para Ucrania, que busca contrarrestarla con sistemas de defensa más económicos.

El análisis de drones rusos capturados por Ucrania ha revelado información crucial, incluyendo mensajes ocultos y el origen de sus componentes, con sorpresas significativas.

El último dron interceptado, el Geran-3, es un dron de ataque a reacción derivado del Shahed-238 iraní, representando un avance significativo sobre el Geran-2. Alcanza velocidades de hasta 370 km/h gracias a su motor turbojet, tiene un alcance de aproximadamente 1.000 kilómetros y realiza una maniobra de inmersión terminal antes de detonar.

El Geran-3 mantiene la configuración básica de su predecesor, incluyendo cámaras y sistemas de transmisión de vídeo similares, pero incorpora un sistema de navegación por satélite resistente a las técnicas de guerra electrónica habituales. Su diseño interno está optimizado para mayor velocidad y para atravesar áreas con fuerte cobertura antiaérea.

Sorprendentemente, la investigación indica que el dron contiene cerca de 50 piezas de origen extranjero, de países como Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Alemania y China. Esto destaca las dificultades para controlar la proliferación de tecnología de doble uso y la necesidad de reforzar la trazabilidad tecnológica.

Rusia ha incrementado la producción de drones Shahed a niveles industriales, permitiendo ataques masivos. Se han registrado ofensivas con más de 800 drones en una sola noche, y se estima que podrían lanzarse hasta 2.000 unidades en un ataque coordinado. Se están construyendo nuevos centros de lanzamiento.

En respuesta, Ucrania ha acelerado la producción de drones interceptores más económicos que los misiles antiaéreos convencionales, y está desplegando sensores acústicos y ópticos para detección temprana, junto con adaptaciones tácticas. El objetivo es crear un escudo antidrón flexible y de bajo coste.

El Geran-3 representa una nueva fase en la guerra de drones, con sistemas baratos, rápidos y difíciles de neutralizar. Esto erosiona las doctrinas militares clásicas y exige a Occidente una mayor coordinación en la producción, intercambio de inteligencia y refuerzo de los controles de exportación.

La aparición del Geran-3 anticipa una escalada con ataques masivos y persistentes por parte de Rusia, mientras Ucrania y sus aliados buscan soluciones económicas y rápidas de contrarrestar. La capacidad de sostener la producción en serie será decisiva, requiriendo innovación tecnológica y respaldo industrial y financiero para Ucrania.