El expresidente Donald Trump realizó una visita oficial de 48 horas al Reino Unido, donde fue recibido por el rey Carlos III y el primer ministro Keir Starmer. La visita incluyó un ceremonial en el Castillo de Windsor, marcado por encuentros protocolarios y un almuerzo de Estado. Sin embargo, las diferencias políticas entre Trump y Starmer en temas internacionales y de política interna británica fueron evidentes.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició una visita oficial de 48 horas al Reino Unido, con una agenda que incluyó encuentros en el Castillo de Windsor con el rey Carlos III y el primer ministro británico, Keir Starmer.
Antes de su partida desde Washington, Trump destacó su amistad con el rey Carlos, resaltando su larga relación con él y la reina Camila.
Esta visita convierte a Trump en el único presidente estadounidense en ser recibido por dos monarcas británicos durante su mandato: Isabel II en 2019 y ahora Carlos III, un hecho sin precedentes según el protocolo real.
Trump y la primera dama Melania Trump fueron trasladados en helicóptero a Windsor, donde fueron recibidos por los príncipes Guillermo y Kate, antes de unirse a Carlos III y Camila. Se realizó un ceremonial con la Guardia Real, un desfile militar y un paseo en carruaje.
La agenda incluyó un almuerzo privado, una visita al Salón Verde del castillo y un homenaje a la reina Isabel II en la Capilla de San Jorge, donde Trump depositó una ofrenda floral. La jornada culminó con un banquete de Estado en el Salón Waterloo.
El martes, Trump se reunió con el primer ministro Keir Starmer en Chequers. Ambos líderes mantienen diferencias políticas significativas, incluyendo las sanciones contra Rusia, el reconocimiento de Palestina como Estado y la gestión de la guerra en Gaza.
Trump también generó controversia al apoyar la consigna "Free Speech" de grupos de extrema derecha británicos que critican la inmigración irregular, postura rechazada por el gobierno laborista.
A pesar de estas diferencias, Trump y Starmer firmaron un ambicioso acuerdo bilateral en tecnología y energía nuclear, respaldado por figuras clave del sector privado estadounidense como Jensen Huang (Nvidia), Sam Altman (OpenAI) y Stephen Schwarzman (Blackstone).
Este acuerdo incluye la instalación de un megacentro de datos de OpenAI en el Reino Unido (proyecto Stargate) y la provisión de chips de última generación de Nvidia, con el objetivo de fortalecer la cooperación tecnológica y energética ante el avance de China y la fragmentación política en Europa tras el Brexit.