Yulia Navalnaya, viuda del líder opositor ruso Alexei Navalny, ha anunciado que análisis de laboratorios independientes en países occidentales confirman el envenenamiento de su esposo. Este anuncio revive las acusaciones contra el Kremlin por la muerte de Navalny en prisión en 2024. Navalnaya ha pedido la publicación de los informes completos y justicia internacional.
Yulia Navalnaya, esposa del fallecido líder opositor ruso Alexei Navalny, declaró este miércoles que estudios llevados a cabo por laboratorios independientes en países occidentales corroboran que su marido fue envenenado, renovando las imputaciones contra el Kremlin más de un año después de su controvertida muerte en prisión.
En un video difundido en la red social X, Navalnaya explicó que muestras biológicas de Navalny fueron enviadas al extranjero en 2024 y analizadas en dos laboratorios de diferentes países, los cuales llegaron a la misma conclusión. “Estos laboratorios de dos países diferentes llegaron a la misma conclusión: Alexei fue asesinado. Más concretamente, fue envenenado”, afirmó, sin especificar el tipo de sustancia detectada ni la identidad de los centros de investigación.
Navalny, de 47 años, falleció el 16 de febrero de 2024 mientras cumplía una condena de 19 años en una colonia penitenciaria del círculo polar ártico. Las autoridades rusas comunicaron que murió mientras caminaba en el patio de la prisión, pero sus allegados siempre han mantenido que fue víctima de un asesinato ordenado por el Kremlin.
Navalnaya instó a que los laboratorios publiquen sus conclusiones completas, a las que calificó como una “verdad incómoda”, y demandó justicia internacional. Recordó que su esposo ya había sido víctima de un envenenamiento en 2020, cuando resultó intoxicado con el agente nervioso Novichok durante un viaje a Siberia. En esa ocasión fue evacuado de urgencia a Alemania, donde laboratorios europeos confirmaron la presencia de la sustancia desarrollada en la era soviética con fines militares.
A su regreso a Rusia en enero de 2021, Navalny fue arrestado y posteriormente condenado por cargos de “extremismo” y corrupción que tanto él como sus seguidores consideraron políticamente motivados. Desde prisión, continuó su campaña contra el presidente Vladimir Putin y criticó la invasión de Ucrania, hasta su repentina muerte en 2024.
El Kremlin ha rechazado repetidamente las acusaciones de la viuda, calificándolas de “disparates”. La versión oficial de los investigadores rusos sostiene que Navalny murió a causa de una “combinación de enfermedades”, hipótesis que su familia y la comunidad internacional han cuestionado, especialmente tras los retrasos en la entrega del cuerpo a sus allegados.
Según medios estadounidenses, agencias de inteligencia de EE. UU. habrían determinado que el presidente Putin no ordenó directamente la muerte de Navalny, aunque no descartaron la posible participación de otros actores dentro del aparato estatal ruso.
Navalny, abogado de formación y activista anticorrupción, se convirtió en una de las voces más influyentes contra la élite política rusa. Sus investigaciones sobre presunto enriquecimiento ilícito de altos funcionarios acumularon millones de visualizaciones en YouTube, consolidando su figura como el líder opositor más carismático de Rusia en las últimas décadas.