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Mié, Oct

Carta de una azafata del vuelo 93 llega a su hijo 24 años después del 11-S

Internacionales
Una conmovedora carta escrita por Cee Cee Lyles, azafata del vuelo 93 de United Airlines, a la maestra de su hijo Jevon Castrillo ha llegado a su destino 24 años después de los trágicos eventos del 11-S. La misiva, que celebra los logros de Jevon en la lectura, fue conservada por la maestra Tammy Thurman durante décadas. El reencuentro, facilitado por un periodista local, ha permitido a Jevon reconectar con el amor y el orgullo de su madre, fallecida en los atentados.

La azafata Cee Cee Lyles escribió una breve y emotiva carta dirigida a la maestra del colegio de su hijo Jevon Castrillo. En esas líneas, Lyles celebraba el progreso de Jevon en la lectura, quien había logrado terminar un libro por sí mismo, y expresaba su agradecimiento por la dedicación y el valor de la maestra Tammy Thurman. Era una nota sencilla, escrita en un momento cotidiano y maternal, días antes de que la vida de la familia y de toda la nación se viera transformada para siempre.

Lyles, una madre dedicada y expolicía de Fort Pierce, Florida, fomentaba con entusiasmo la educación de su hijo. Su carta describía claramente el logro: “Anoche Jevon leyó un libro que trajo de la biblioteca. Lo leyó de principio a fin. Le dije que le escribiría una nota para contarle el excelente trabajo que hizo”, manifestaba. Al destacar el orgullo familiar y la disposición a continuar apoyándolo en casa, la carta se convirtió en un testimonio palpable de su amor y sus expectativas para el futuro de su hijo. Esta carta, originalmente destinada a la educadora, se transformó en un símbolo de la perdurabilidad de la memoria a lo largo de los años.

Transcurrieron 24 años y cuatro mudanzas, y esa carta, frágil pero intacta, sobrevivió. Tammy Thurman, la maestra que la recibió, comprendió desde el primer momento el valor de la nota. Durante décadas, la conservó a pesar de los cambios de escuela e incluso después de que el sobre original se perdiera, manteniendo a salvo su contenido. Thurman, consciente del peso sentimental que este gesto podría tener para Jevon, resguardó el papel con esmero hasta que, en 2024, lo entregó a un periodista local para que finalmente llegara a manos del hijo de Lyles.

Cee Cee Lyles era miembro de la tripulación del vuelo 93 de United Airlines, uno de los cuatro aviones secuestrados por terroristas de Al Qaeda durante los atentados del 11 de septiembre de 2001. La historia de ese vuelo se diferenció porque, a diferencia de los ataques que derribaron las Torres Gemelas y dañaron el Pentágono, los pasajeros y la tripulación resistieron con valentía el secuestro. Lyles, junto con otros auxiliares y pasajeros, se comunicó con su familia desde el aire, relatando el intento de recuperar el control de la aeronave.

Su voz quedó registrada en un mensaje y en una llamada telefónica en la que informaba a su esposo sobre la situación y el plan que estaban a punto de ejecutar. Entre las acciones planeadas, lograron organizarse para atacar a los secuestradores, utilizando agua hirviendo y su determinación como arma final.

La valentía colectiva, en la que Lyles participó activamente, impidió que el cuarto avión cumpliera con el supuesto objetivo de impactar un símbolo de poder en Washington, como el Capitolio o la Casa Blanca. El vuelo, finalmente, se estrelló en un campo vacío de Shanksville, Pensilvania, a las 10:03 de la mañana. Nadie a bordo sobrevivió, pero la rápida acción salvó una cantidad incontable de vidas en tierra y se convirtió en uno de los capítulos más recordados de resistencia civil durante la tragedia del 11-S.

En septiembre de 2024, el periodista Jon Shainman se encargó de entregar la carta a Jevon Castrillo, hoy adulto y padre primerizo de un bebé de tres meses. El reencuentro no fue solo un acto simbólico, sino profundamente conmovedor. Jevon leyó las palabras maternas frente a las cámaras de WPTV en West Palm Beach, reviviendo décadas de emociones y recuerdos dispersos por la ausencia. En ese acto público, la emoción lo embargó y no pudo evitar las lágrimas al confirmar, con la voz entrecortada, que el tono y el mensaje “eran exactamente algo que ella habría dicho”.

Para Jevon, la carta representa la posibilidad de escuchar nuevamente a su madre, de sentir su orgullo y de compartir ese amor con la siguiente generación. “Como madre, sé que necesitas leer esas palabras de tu madre”, dijo la maestra Thurman. El reencuentro permitió, además, fortalecer el vínculo entre el pasado, el presente y el futuro familiar en Fort Pierce.

La memoria de Cee Cee Lyles fue honrada en su ciudad natal con una estatua conmemorativa, reflejo del respeto colectivo por su valentía. Su participación en el vuelo 93 se recuerda como ejemplo de temple y entrega, tanto en la tragedia nacional como en la historia íntima de su familia. Cada septiembre, mientras se revive la herida nacional del 11-S, historias como la de Lyles recuerdan el profundo impacto humano detrás de las cifras y los titulares.

El legado de Lyles persiste no solo en los monumentos, sino en pequeños gestos: una carta, una palabra de aliento, el recuerdo imborrable de una madre que, a pesar del tiempo y la pérdida, sigue inspirando a su hijo y a quienes la conocieron. El reencuentro con la carta permitió que ese orgullo materno, preservado por una maestra y transmitido a través de generaciones, alcance finalmente su destino definitivo.