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Mié, Oct

EE. UU. al borde del cierre gubernamental por desacuerdo entre demócratas y republicanos

Internacionales
A pocas horas de la posible paralización del gobierno estadounidense, las negociaciones entre demócratas y republicanos se estancan. Una reunión en la Casa Blanca no logró superar las diferencias, incrementando la incertidumbre económica. El cierre afectaría a agencias federales, empleados públicos y la publicación de datos económicos clave. Expertos advierten sobre el riesgo que esto representa para la economía del país.

A pocas horas de un posible cierre del Gobierno de Estados Unidos, demócratas y republicanos vuelven a enfrentarse sin avances. Una reunión en la Casa Blanca entre el presidente y los líderes demócratas del Congreso, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, no logró un acuerdo.

“Nos encaminamos hacia un cierre porque los demócratas no hacen lo correcto”, afirmó el vicepresidente J. D. Vance. Schumer respondió: “Sigue habiendo grandes diferencias entre nosotros”.

Si no se alcanza un acuerdo antes de la medianoche del miércoles, muchas agencias federales se quedarán sin fondos, con consecuencias inmediatas para la economía y los ciudadanos.

Entre los efectos más visibles están el cierre de parques nacionales, museos y oficinas gubernamentales, así como la suspensión de los salarios de los trabajadores federales, incluidos aquellos que deben permanecer en sus puestos, como fuerzas armadas y controladores aéreos. Aunque pagos de Seguridad Social y Medicare seguirán en principio, podrían registrarse retrasos.

Históricamente, los cierres del Gobierno han sido menos frecuentes en las últimas dos décadas que en los años ochenta y noventa. Sin embargo, su duración reciente, como el récord de 35 días en 2018-2019, ha sido mayor, aunque el impacto económico ha sido limitado.

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No obstante, la situación actual presenta factores que complican la economía. Un cierre podría retrasar la publicación de estadísticas clave, como las cifras de empleo, inflación y salarios de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), previstas para el 3 de octubre. Estos datos son esenciales para la toma de decisiones de la Reserva Federal sobre tipos de interés y otras políticas económicas.

Además, la suspensión de alrededor de 900.000 empleados federales no esenciales, cerca del 40% de la fuerza laboral, podría elevar temporalmente el desempleo y reducir el crecimiento económico. La Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que el cierre de 2018-2019 redujo el PIB en 0,02%, un efecto limitado pero significativo a nivel local, especialmente en áreas como Virginia y Maryland, donde viven muchos trabajadores federales.

Russell Vought, director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), ha sugerido utilizar un cierre para despedir a miles de trabajadores y recortar programas, enfocándose en partidas discrecionales que no se ajusten a las prioridades del presidente. Aunque la ley no permite despidos por falta de fondos, expertos señalan que la administración podría actuar rápidamente, antes de que los tribunales intervengan, como ocurrió con los experimentos previos de recortes del gobierno.

En definitiva, aunque los cierres pasados tuvieron un impacto económico moderado, la combinación de incertidumbre laboral, retraso en estadísticas cruciales y decisiones políticas críticas convierte a este posible cierre en un riesgo real para la economía estadounidense.