El gobierno venezolano, liderado por Nicolás Maduro, llevó a cabo extensos ejercicios militares este sábado en nueve estados costeros. Estas acciones buscan fortalecer la protección del país ante lo que considera 'operaciones encubiertas' por parte de Estados Unidos. El despliegue incluyó unidades de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, milicianos y el uso de misiles antiaéreos rusos.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, comunicó que las maniobras comprendieron el movimiento de unidades de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), la participación de milicianos y el manejo de misiles antiaéreos Igla-S de origen ruso, todo ello con la finalidad de “asegurar la defensa integral del territorio”.
Esta operación se produce en un momento de mayor inestabilidad en el Caribe, después de que Washington aumentara su presencia naval con el portaaviones USS Gerald R. Ford, navíos de guerra, aviones de combate y submarinos nucleares. El Pentágono afirma que el despliegue busca potenciar la lucha contra el tráfico de drogas y desarticular organizaciones delictivas transnacionales, aunque desde Caracas se interpreta como una provocación directa.
Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han realizado diversos ataques contra embarcaciones sospechosas, resultando en al menos 43 fallecidos, según datos del propio Pentágono. Adicionalmente, el gobierno norteamericano elevó a 50 millones de dólares la recompensa ofrecida por la captura de Nicolás Maduro, a quien acusan de dirigir el llamado “Cartel de los Soles” y de tener lazos con grupos delictivos internacionales.
Durante una alocución nacional, Maduro acusó a Washington de “inventar una nueva guerra eterna” en contra de Venezuela y de impulsar un cambio de gobierno. Aseguró que la FANB, junto a las milicias civiles, se mantiene en “alerta permanente” para defender “cada centímetro” del territorio nacional. Padrino López, por su lado, remarcó que cualquier intento de intervención foránea podría “incendiar América del Sur” y desestabilizar la región.
La situación ha despertado inquietud entre los países vecinos. Colombia y otras naciones caribeñas han manifestado su rechazo al incremento de las operaciones militares estadounidenses, mientras que el gobierno de Trinidad y Tobago se prepara para llevar a cabo ejercicios en conjunto con Washington en los próximos días. Expertos internacionales señalan que la creciente militarización de la zona incrementa el riesgo de un conflicto regional en medio de las tensiones políticas y económicas que vive Venezuela.