Un reciente informe de la ONG Cuba Siglo 21 atribuye al Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) la responsabilidad principal en el severo proceso inflacionario que afecta a Cuba. El análisis destaca el control significativo que GAESA ejerce sobre la economía y las finanzas del país, limitando la capacidad del gobierno y del Banco Central para implementar políticas efectivas. La concentración de poder, según el informe, ha exacerbado la crisis económica y el empobrecimiento de la población.
La economía cubana se encuentra ante una coyuntura crítica sin precedentes, evidenciada por una inflación descontrolada, la decadencia de sectores de suma importancia y un rápido aumento de la pobreza entre sus habitantes. Un reporte emitido por la ONG Cuba Siglo 21 indica que el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) es el mayor culpable del desplome inflacionario que afecta a la nación.
Según el análisis presentado por Emilio Morales, presidente y CEO de Havana Consulting Group, durante la conferencia ASCE 2025 “Recovering Cuba”, GAESA ejerce control sobre más del 70 % de la economía y el 95 % de las finanzas a nivel nacional, desplazando al gobierno civil y asignando al Estado un papel fundamentalmente simbólico. El informe sostiene que esta acumulación de poder ha obstaculizado la implementación de cambios estructurales y ha promovido decisiones que benefician intereses particulares, perjudicando las necesidades estratégicas del país.
El estudio también subraya que el Banco Central de Cuba opera bajo la completa dirección de la cúpula militar, lo que disminuye su habilidad para llevar a cabo políticas financieras eficaces en un panorama de fuerte devaluación monetaria. El 19 de octubre, el mercado no oficial registró cifras sin precedentes: el dólar alcanzó los 472 CUP y el euro llegó a 525 CUP, lo que refleja la profunda inestabilidad económica.
Según el informe, la escasez de moneda extranjera debido a la disminución de las remesas y del turismo, junto con la reducción de la producción doméstica y el aumento de la deuda externa, han provocado una virtual parálisis del país, mientras que la inflación sigue afectando de manera significativa el poder adquisitivo de los cubanos.
Las medidas puestas en práctica por el régimen, como las tiendas en MLC, la prohibición de depósitos en dólares y, en particular, la **Tarea de Ordenamiento Monetario**, agudizaron la crisis económica. Esta última, que se puso en marcha en enero de 2021 con el objetivo de eliminar la dualidad monetaria, causó una rápida devaluación del peso (con el dólar a 50 CUP apenas una semana después) y una inflación que el aumento salarial no pudo contrarrestar.
Según el documento, la carencia de reformas productivas y de una política de liberalización de precios transformó el ordenamiento en un error estratégico que empeoró la situación de las familias cubanas.
