Nepal extiende toque de queda tras protestas que dejan 25 muertos y crisis política

Internacionales
El Ejército de Nepal extendió el toque de queda tras violentas protestas que dejaron 25 muertos, incluyendo a la esposa de un exprimer ministro. Los disturbios, iniciados por el bloqueo de redes sociales, escalaron a reclamos contra la corrupción y el nepotismo. La crisis culminó con la renuncia del primer ministro K.P. Sharma Oli, dejando al país en una profunda incertidumbre política.

Tras una ola de protestas que dejaron 25 muertos, el incendio del Parlamento y la renuncia del primer ministro K.P. Sharma Oli, el Ejército de Nepal anunció la extensión del toque de queda hasta el jueves. Las Fuerzas Armadas justificaron la medida como necesaria para salvaguardar la paz y la seguridad tras los disturbios en la capital y otras ciudades.

Las manifestaciones, lideradas en gran medida por la Generación Z, comenzaron como respuesta al bloqueo de 26 redes sociales, incluyendo Facebook, Instagram y X. Sin embargo, rápidamente se convirtieron en protestas contra la corrupción y el nepotismo de la élite política.

Entre las víctimas mortales se encuentra Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del exprimer ministro Jhalanath Khanal, quien falleció a causa de quemaduras sufridas tras el incendio de su vivienda por manifestantes. Cientos de personas irrumpieron y prendieron fuego al Parlamento de Katmandú el martes, además de atacar residencias de líderes del oficialismo y la oposición.

La violencia obligó al cierre temporal del Aeropuerto Internacional de Katmandú, que permanecerá clausurado hasta al menos las 18:00 horas locales del miércoles. La presión social llevó a la renuncia de Oli, de 73 años, y a todo su gabinete. En una carta a la presidencia, justificó su salida como un paso hacia una solución política, aunque la población exige reformas profundas y justicia por los fallecidos.

Manifestantes como Narayan Acharya expresaron su enojo: “Estamos aquí porque están matando a nuestros jóvenes. Este régimen debe caer”. Durganah Dahal añadió: “Mientras este Gobierno siga en el poder, la gente seguirá sufriendo”.

El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó las muertes y pidió una investigación exhaustiva, instando a la calma y al diálogo para superar la crisis.

El conflicto se originó tras la aprobación de una ley que obligaba a las plataformas tecnológicas a instalar oficinas en Nepal, una medida denunciada por organizaciones de derechos humanos como un intento de censura. A pesar de que el bloqueo fue levantado, el malestar social se transformó en una protesta general contra el sistema político, agravado por un desempleo juvenil del 20% y la emigración masiva de jóvenes en busca de oportunidades.

Con la renuncia de Oli y el país bajo control militar, Nepal enfrenta su peor crisis política en décadas, con un futuro inmediato incierto.