El 25 de septiembre de 1963, un golpe de Estado puso fin al breve gobierno de Juan Bosch, apenas siete meses después de su elección. Fuerzas militares antidemocráticas, sectores reaccionarios como la Iglesia Católica y la élite empresarial conspiraron para derrocarlo. Este evento marcó un trágico revés para la incipiente democracia dominicana tras la dictadura de Trujillo.
Hoy se cumplen 62 años del derrocamiento del gobierno del profesor Juan Bosch, un efímero experimento democrático que culminó en tragedia el 25 de septiembre de 1963, tras solo siete meses en el poder. Este golpe ocurrió al día siguiente de una importante huelga comercial que paralizó la economía nacional.
Diversos factores contribuyeron a este golpe violento que sofocó la democracia tras la muerte de Trujillo. Militares antidemocráticos, herederos del régimen trujillista, y otros sectores reaccionarios, como el alto clero católico, conspiraron para acabar con el gobierno de Bosch.
A pesar de su amplio apoyo popular (ganó las elecciones de 1962 con el 59% de los votos), Bosch no reemplazó a los altos mandos militares, muchos formados bajo la dictadura. Su juramentación fue el 27 de febrero de 1963.
La oposición al gobierno de Bosch se manifestó desde diferentes sectores. La jerarquía católica, mediante las llamadas "reafirmaciones cristianas", denunció el nuevo programa político de Bosch, tildándolo de anticatólico y contrario a las tradiciones dominicanas. Se criticó especialmente la nueva Constitución, que reconocía a los hijos ilegítimos.
El padre Marcial Silva fue particularmente crítico con el gobierno, al igual que el cura Láutico García, quien inicialmente acusó a Bosch de comunismo, pero luego retractó su afirmación tras un debate público. Los empresarios también se opusieron a las políticas sociales y económicas de Bosch, que incluían restricciones a la plusvalía y protecciones para los trabajadores y sindicatos.
Los militares también se opusieron a las medidas de austeridad implementadas por Bosch, incluyendo la eliminación de las "cantinas militares" y las jugosas comisiones que recibían algunos oficiales. A pesar de su apertura y humildad, incluso abriendo las puertas del Palacio Nacional al público, Bosch no pudo evitar el golpe.
El intento democrático de Bosch, quien sembró la semilla de la democracia pero no pudo establecerla plenamente, terminó abruptamente. La inacción del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), cuyos locales estaban siendo utilizados como escuelas, contribuyó a la caída del gobierno. El sueño de Bosch de una revolución democrática terminó en catástrofe hace exactamente 62 años.