El Ministerio de Vivienda y Edificaciones (MIVED) ha rechazado las acusaciones de discriminación tras el cierre de varios comercios, principalmente de dueños chinos. El ministro Carlos Bonilla declara que las clausuras se deben a fallas estructurales detectadas en las edificaciones durante inspecciones. El objetivo principal, según el ministro, es garantizar la seguridad pública ante el riesgo de colapsos.
El ministro de Viviendas y Edificaciones, Carlos Bonilla, desmintió la existencia de obstáculos burocráticos contra cualquier sector empresarial. Afirmó que, desde 2022, se han notificado más de mil edificaciones de diversas clases, tras haber realizado un total de 18 mil inspecciones. Explicó que varios locales comerciales notificados lograron cumplir con las regulaciones, pero que otros 11 ignoraron las órdenes y continuaron construyendo de manera irregular.
En una reciente emisión, se reveló que el Ministerio de Vivienda y Edificaciones (MIVED) intensificó las inspecciones a negocios en todo el territorio nacional, una acción que resultó en el cierre de varios establecimientos, la mayoría de ellos propiedad de ciudadanos chinos.
En conversación con una periodista, el ministro Carlos Bonilla aseguró que las autoridades buscan proteger vidas, no perjudicar a la comunidad china. “Hemos visto el derrumbe de una tienda sin que temblara. Estas estructuras deben resistir movimientos sísmicos, pero no lo hacen”, enfatizó el ministro.
Según explicó el funcionario en el programa, la decisión de ampliar las inspecciones se tomó después del derrumbe parcial de la tienda Nave Cheng, conocida como Plaza Baza, en Santiago, ocurrido en septiembre de 2024. La edificación carecía de permiso de construcción y, a pesar de las notificaciones, abrió sus puertas bajo el nombre de Benchi Plaza, hasta que su fachada se vino abajo, hiriendo a tres personas.
“Realizamos un operativo especial en este tipo de tiendas, notificando a 88 comercios. El 47% de esos 88 están en proceso de regularización, unas 30 ya se regularizaron y solo el 15% no atendieron nuestro llamado, no asistieron a una visita conciliatoria, se les notificó varias veces y esas son las tiendas que están cerradas”, informó Bonilla en una entrevista.
El ingeniero estructuralista Luis Adolfo Abbott declaró que las irregularidades encontradas en varias edificaciones no requieren un sismo para provocar un derrumbe. “Es solo cuestión de tiempo”, advirtió, tras verificar que algunas construcciones no cumplían con el Código Dominicano de Construcción ni con los estándares internacionales.
Entre los negocios clausurados se encuentran Suplax, Plaza Hope, Central Point, Súper Tienda Ming Sheng, La Rocca, Shopping Center New World, Dulce Hogar y Yo Me, todos de origen chino. Reportes oficiales presentados en el programa indican que edificaciones como Suplax presentan hasta un 69.9 % de probabilidad de daños moderados en caso de sismo.
Se documentaron protestas de empleados afectados por los cierres, como en la tienda Dulce Hogar, cuyo gerente reportó pérdidas diarias de 1.6 millones de pesos. Además, señaló que, a pesar de pagar una considerable multa y entregar la documentación requerida, las autoridades volvieron a clausurar el local por fallas graves en columnas y conexiones estructurales.
“Después de un año operando, ahora nos cierran alegando incumplimientos”, denunció el representante de la empresa.
La Fundación Flor para Todos, liderada por Rosa Ng, solicitó soluciones parciales, como permitir que algunas áreas de los establecimientos sigan operando mientras se corrigen las fallas.
Por su parte, el economista Haivanjoe Ng Cortiñas afirmó que existe un sesgo evidente contra los negocios chinos.
“¿Cuántos negocios en la República Dominicana están en esas condiciones? Estoy a favor de que los problemas de construcción se corrijan. Por eso hablo de fiscalización sí, discriminación no”, expresó el economista.
“No se tiene conocimiento de inspecciones a otros establecimientos que no sean chinos. Los problemas de construcción deben corregirse, pero la fiscalización no debe convertirse en discriminación”, advirtió Rosa Ng.
El intercambio comercial entre China y República Dominicana ha superado los 23 mil millones de dólares en los últimos cinco años. Solo en 2024, las importaciones y exportaciones alcanzaron los 805 millones de dólares. En este contexto, el cierre de establecimientos chinos representa un golpe sensible a la economía y a la competitividad de precios en el mercado local.
El caso de los comercios chinos plantea un dilema nacional: cómo equilibrar la seguridad pública con el respeto a la inversión extranjera.