La publicidad en redes sociales, especialmente en plataformas como Instagram, se ha convertido en una estrategia de marketing integral. Los anuncios, lejos de ser simples interrupciones, son parte de un plan cuidadosamente elaborado para captar la atención del usuario y generar interacción con la marca. El objetivo final es impulsar las ventas o, al menos, aumentar el conocimiento de la marca a través de clics y engagement.
En medio de las imágenes de un amigo explorando templos en el sudeste asiático, las recomendaciones de belleza de una influencer de moda o las publicaciones de un antiguo compañero de clase, siempre aparece al menos un anuncio al navegar por Instagram.
Los anuncios en redes sociales llevan tiempo acosando a los usuarios. No son simples interrupciones, sino parte de una estrategia de marketing digital meticulosamente planificada. Su propósito es atraer la atención, inducir a una acción, generar una venta o, al menos, un clic que acerque al usuario a la marca que está detrás del anuncio.
