El actual presidente de Camerún, Paul Biya, a sus 92 años, ha dado inicio a su campaña electoral en busca de un octavo período en el poder. En un evento público en Maroua, prometió abordar la seguridad, el desempleo juvenil y mejorar la infraestructura. Su avanzada edad y prolongada ausencia pública han generado críticas, mientras que las elecciones enfrentan cuestionamientos por falta de transparencia.
El mandatario de Camerún, Paul Biya, con 92 años cumplidos, dio inicio el martes a su primera actividad pública de campaña, de cara a los comicios del próximo domingo, donde el jefe de Estado más longevo del mundo busca un octavo período consecutivo.
Desde un estadio lleno en la ciudad de Maroua, ubicada en el extremo norte del país, Biya se comprometió a fortalecer la seguridad, disminuir el desempleo entre los jóvenes y optimizar la infraestructura vial y los servicios sociales, en particular en una región afectada por la pobreza y los ataques de grupos extremistas.
“Conozco a fondo los problemas que les inquietan, estoy al tanto de las expectativas no cumplidas que les hacen dudar del futuro. Apoyándome en mi propia experiencia, puedo garantizarles que estos problemas tienen solución”, manifestó el mandatario a sus seguidores.
La región del Extremo Norte de Camerún, de mayoría musulmana, ha sido blanco de ataques y secuestros llevados a cabo por el grupo extremista Boko Haram. A pesar de ello, representa un área estratégica, ya que concentra casi el 20% de los 8,2 millones de votantes habilitados.
Dos de los nueve aspirantes opositores —Bello Bouba Maigari e Issa Tchiroma Bakary, ambos ex aliados del presidente— cuentan con un importante respaldo electoral en esta región, lo que transforma a la zona en un campo de batalla decisivo para las elecciones.
Esta aparición representa la primera participación de Biya en un evento de campaña, luego de haber regresado recientemente de una semana en Suiza.
El líder camerunés rara vez se muestra en público, y sus críticos argumentan que su avanzada edad limita su capacidad para gobernar.
Desde 1982, enfrenta un país con serios desafíos estructurales, que incluyen un movimiento separatista armado en el oeste, corrupción generalizada y altos niveles de pobreza: según la ONU, el 43% de la población vive en condiciones precarias, con limitaciones en educación, salud e ingresos.
A pesar de las críticas, Biya es considerado el favorito para ganar las elecciones, especialmente después de que su principal oponente, Maurice Kamto, fuera inhabilitado como candidato en agosto.
Las elecciones en Camerún han sido repetidamente puestas en duda por su falta de transparencia, y los observadores internacionales han denunciado irregularidades en el conteo de votos y favoritismo hacia el oficialismo.
En 2008, el Parlamento —controlado por el partido de Biya— eliminó el límite de dos mandatos presidenciales, facilitando su permanencia en el poder por más de cuatro décadas.