El aumento del 180% de un impuesto a los billetes de avión en Francia ha llevado a Ryanair a recortar 25 rutas y 750.000 asientos. Esta decisión impacta severamente a pequeños aeropuertos franceses, mientras que la aerolínea española Volotea se posiciona para asumir algunas de las conexiones abandonadas por Ryanair, creando nuevas oportunidades laborales.
Francia, un gigante turístico mundial, se enfrenta a una situación compleja. El incremento de un "impuesto solidario" sobre los billetes de avión ha generado consecuencias negativas para las aerolíneas, especialmente para Ryanair.
Este impuesto, la TSBA (taxe de solidarité sur les billets d’avion), ha experimentado un aumento del 180% en los últimos meses, pasando de 2,66 euros a 9,5 euros en vuelos económicos dentro de Francia o Europa. Esta subida, aunque variable según el vuelo, ha impactado significativamente la rentabilidad de las rutas, especialmente en aeropuertos regionales.
Otros países europeos también aplican tasas a los billetes de avión, pero con incrementos considerablemente menores que el aplicado en Francia. España, por ejemplo, subirá su tasa en un 6,5% a partir de marzo de 2026.
Ryanair, la mayor aerolínea europea por flota, considera el impuesto francés excesivo y ha anunciado el recorte de 25 rutas y 750.000 asientos, reduciendo sus operaciones en Francia en un 13%. Esto afecta considerablemente a aeropuertos como Estrasburgo, Brive-la-Gaillarde y Bergerac, que perderán una parte significativa de su actividad.
El director de operaciones comerciales de Ryanair, Jason McGuinness, ha declarado que, a menos que el gobierno francés elimine este impuesto, Ryanair redistribuirá sus inversiones hacia mercados más competitivos.
La retirada de Ryanair abre una oportunidad para Volotea, una aerolínea española de bajo coste especializada en conectar ciudades medianas y pequeñas. Volotea planea asumir algunas de las rutas abandonadas por Ryanair, incluyendo las conexiones de Estrasburgo con Agadir (Marruecos) y Oporto, creando 70 nuevos puestos de trabajo.
Esta situación refleja una estrategia de Ryanair centrada en la maximización de beneficios, incluso a costa de reducir la conectividad aérea en ciertas regiones de Francia. La aerolínea ya ha manifestado en ocasiones anteriores su interés en reducir costes, incluso planteando la posibilidad de que los pasajeros viajen sin maletas.
La imagen de Volotea como beneficiaria de la situación pone en relieve la compleja interacción entre políticas fiscales, estrategias empresariales y el desarrollo económico regional.